Vivimos en un presente que cuenta con una gran presión asistencial, especialmente desde la pandemia de coronavirus, y tiene dificultades de financiación. Esta circunstancia implica la necesidad de buscar un modelo y apostar por estrategias y actuaciones que optimicen los recursos (eficiencia), salvaguardando la efectividad, y que puedan dar respuesta a los servicios y necesidades que demandan los ciudadanos implantando y dando acceso a la innovación más vanguardista afianzada en resultados.

Para que un sistema sanitario sea sostenible debe ser eficaz, eficiente y efectivo y poner a disposición de los ciudadanos todos los recursos necesarios para conseguir un modelo más participativo, personalizado, predictivo, poblacional, preventivo y preciso donde la calidad y seguridad sean máximas; la variabilidad, mínima y los resultados de salud, acordes con los estándares internacionales más exigentes.

En este cambio, el emprendimiento privado en sanidad tiene mucho que aportar para lograr la sostenibilidad del sistema nacional de salud y la consecución de objetivos fundamentales como son la equidad, la accesibilidad, la cohesión y la calidad en la atención sanitaria.

Luis Mayero, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), asegura que «solo apostando por la innovación asentada en resultados, la excelencia asistencial, la calidad y seguridad y la consecución de los mejores resultados de salud posible en base al conocimiento científico existente es como se puede alcanzar el objetivo clave de ser un ‘partner’ preferido y elegido por gran parte de la población en materia del cuidado de su salud y bienestar».

En este sentido, distintos informes presentan una realidad que debe ser tenida muy en cuenta por diversos factores que son primordiales, entre ellos por el impacto que tiene la sanidad privada en el entorno productivo, por su aportación en términos de liberación de recursos a la sanidad pública, por su accesibilidad, por su capacidad de cooperación a través de los diferentes modelos en vigor y otros novedosos en ciernes, por su implicación en la investigación y desarrollo de alta tecnología, por su apuesta por la formación continuada, por la calidad y por la generación de empleo.