El futbolista argentino del Barcelona Sergio Agüero dio el susto el pasado sábado al desplomarse durante la disputa del partido de Liga entre su equipo y el Alavés. El 'Kun', que sufrió mareos, se retiró del terreno de juego por su propio pie y posteriormente se sometió a un chequeo médico que ha señalado a una arritmia cardiaca como causa del percance.

Con el nombre de arritmia, que literalmente significa pérdida de ritmo, se alude a cualquier anomalía de la periodicidad del latido cardiaco.

Pero, ¿en qué consiste esta dolencia?

El latido cardiaco normal, es regular (rítmico) y en reposo su frecuencia oscila entre 60 y 100 veces por minuto. Si va demasiado lento, (menos de 60 latidos por minuto), lodenominamos bradicardia. Si late demasiado rápido (más de 100 latidos por minuto) lo denominamos taquicardia. Un corazón normal puede latir más rápido con el ejercicio o con las emociones y puede latir más lento con el sueño o con el entrenamiento. La frecuencia cardiaca máxima a la que puede llegar una persona se calcula con la fórmula 220 menos su edad en años. Por lo tanto, cuanto mayor es una persona, menor es la frecuencia máxima a la que puede llegar su corazón en condiciones de esfuerzo o emociones.

El ritmo cardíaco es controlado por unas células autónomas que producen y transmiten impulsos eléctricos dentro de nuestro corazón. El impulso eléctrico nace del “nodosinusal” (ver la Figura). De allí parte un impulso eléctrico que estimula la contracción de las aurículas. Este impulso eléctrico alcanza luego el nodoaurículo-ventricular(que actúa como nodo de seguridad) y se propaga hasta los ventrículos. Al llegarle la electricidad, el músculo cardiaco se contrae y de esta forma bombea la sangre. Que la transmisión de este impulso eléctrico siga la secuencia correcta es fundamental para que la contracción cardíaca sea efectiva.

Clasificación de las arritmias

Por el lugar de origen el problema:

  •  En las aurículas: Supraventriculares
  • En los ventrículos: Ventriculares

Por la velocidad del latido cardiaco:

  • Taquicardias (frecuencia superior a 100 latidos por minuto): aleteo (250-350 lpm) y fibrilación (más rápido de 350 latidos minuto)
  • Bradicardias (frecuencia inferior a 60 latidos por minuto)

Por la "ritmicidad" del latido cardiaco:

  • Regulares: el corazón late de forma regular (rítmica) con una frecuencia que puede ser normal, rápida o lenta.
  • Irregulares: el corazón late de forma irregular (arrrítmico) con una frecuencia que puede ser normal, rápida o lenta.

Por la causa que origina la arritmia:

  • Fisiológicas taquicardias normales, asociadas a ejercicio o emociones)
  • Patológicas (anormales, probablemente necesitarán tratamiento)

Por la forma de aparición de la arritmia:

  • Agudas: de reciente aparición
  • Crónicas: meses o años
  • Paroxísticas (aparecen y desaparecen espontáneamente y de repente

Síntomas más comunes

Aunque es posible que no se presenten síntomas y que sólo se detecten las arritmias por alteraciones en el pulso, los síntomas más comunes suelen ser los siguientes:

  • Sentirse los latidos del corazón (a esto le llamamos palpitaciones): lo más frecuente es sentirlos en el pecho o en el cuello. Se pueden notar latidos rápidos o lentos, o simplemente una sensación de "vuelco" dentro del pecho.
  • Dolor torácico, generalmente en el centro del pecho, con o sin palpitaciones.
  • Mareo, como si se fuera a perder el conocimiento, con o sin palpitaciones.
  • Síncope (pérdida transitoria de conocimiento).
  • Cansancio, sobre todo al realizar ejercicio o esfuerzos físicos.
  • Dificultad para respirar (a este síntoma le llamamos disnea).
  • En ocasiones, las arritmias hacen que el corazón se active tan rápido que pierde por completo su eficacia y es como si se parara. Esto sucede con algunas taquicardias ventriculares y con la fibrilación ventricular. Se pierde el conocimiento unos segundos después de su inicio y si no se resuelven produce lo que se conoce como muerte súbita.

¿Cuál es el tratamiento de las arritmias?

Las arritmias se tratan sólo cuando producen síntomas o cuando son peligrosas (cuando pueden alterar el pronóstico del paciente). Los tratamiento son:

  • Controlar los desencadenantes, si se conocen. Por ejemplo el alcohol u otros tóxicos.
  • Tratar la enfermedad que favorece la arritmia. Por ejemplo, la hipertensión arterial o el hipertiroidismo.
  • Administrar medicamentos que actúen directa o indirectamente sobre las arritmias. Tratamiento indirecto, consiste en tratar por ejemplo la hipertensión arterial que a veces causa arritmias o el hipertiroidismo. Tratamiento directo con fármacos, es utilizar medicamentos antiarrítmicos. Hay que tener muy en cuenta la precaución de que, en algunos casos, cuando el corazón tiene alguna otra anomalía además de la eléctrica, los fármacos antiarrítmicos pueden ser peligrosos. En otras ocasiones, el tratamiento se dirige a impedir consecuencias de las arritmias, como por ejemplo, las embolias. Por eso utilizamos en algunos pacientes con arritmias, medicamentos anticoagulantes.

En muchos pacientes, las arritmias rápidas se pueden curar. Para ello se realiza una técnica que se denomina ablación. Consiste, en que con pequeños catéteres que se introducen por venas o arterias hasta el corazón, se destruyen las zonas de tejido en donde se encuentra el problema eléctrico que origina la arritmia. Se pueden curar la mayoría de los casos de vías accesorias, taquicardias intranodales, taquicardias auriculares, flutter auricular y ventricualres sin enfermedad cardiaca asociada. Además se curan bastantes casos de pacientes con fibrilación auricular (la arritmia sostenida más frecuente) y de otras taquicardias ventriculares.

Las arritmias lentas, las bradiarritmias, normalmente se tratan con marcapasos a no ser que haya una causa corregible (por ejemplo, algunos medicamentos recetados para otra cosa, que enlentecen el corazón). Los marcapasos, son miniordenadores del tamaño de una caja de cerillas, que se implantan debajo de la piel y están conectados con el corazón mediante uno, dos o tres cables. De esta forma regulan en todo momento el ritmo cardíaco.

Por último, cuando las arritmias pueden poner en peligro la vida del paciente y no podemos curarlas, se utilizan los Desfibriladores Automáticos Implantables (DAI). Estos dispositivos, (su tamaño es la mitad de un teléfono móvil), se colocan mediante una pequeña intervención debajo de la piel, conectados con uno o varios cables que vigilan el corazón. A diferencia de los marcapasos, los DAI no son sólo capaces de acelerar el corazón si éste va demasiado despacio, sino que además pueden aplicar descargas eléctricas. Este tratamiento está indicado en la mayoría de los enfermos que por fortuna han podido sobrevivir a una arritmia ventricular grave o a una parada cardíaca. Pero también hay pacientes en los que se indica este tratamiento aunque todavía no hayan sufrido arritmias.

Por ejemplo, los enfermos que tienen muy deteriorado el corazón como consecuencia de infartos previos, aunque no hayan tenido nunca una arritmia, pueden vivir más tiempo si llevan implantado uno de estos dispositivos.

Causas de las arritmias            

  • Congénitas o hereditarias: se nace con alteraciones en la formación del impulso cardiaco o en su transmisión, bien por problemas en las células generadoras de la electricidad cardíaca o bien por la existencia de cables de más o de menos, dentro del corazón.
  • Enfermedades cardiovasculares: hipertensión, infarto de miocardio, o cualquier enfermedad que altere la estructura cardiaca. Al dilatarse, engrosarse o destruirse las paredes y las cavidades cardiacas, indirectamente también se afectan los cables eléctricos.
  • Alteraciones tiroideas, diabetes, cambios hormonales en la mujer.

Como efecto secundario de medicamentos:

  • Estrés emocional: miedo, ansiedad, estrés, duelo.
  • Estrés físico: exceso de trabajo o de ejercicio físico.
  • Hábitos tóxicos: drogas (sobre todo cocaína y anfetaminas), excesos con el alcohol, café, tabaco.

¿Cuánto hay que acudir al médico?

Ante cualquier síntoma de los descritos anteriormente, es conveniente acudir al médico para descartar una arritmia.

Lo ideal para diagnosticar las arritmias es realizar un electrocardiograma (ECG) coincidiendo con los síntomas. El ECG sin síntomas a veces también aporta pistas importantes. Muchas veces esto no es posible porque los síntomas duran poco tiempo y se producen de cuando en cuando. Para intentar conocer que pasa en el corazón cuando se tienen los síntomas que aparecen de cuando en cuando, se utilizan dispositivos que nos vigilan el latido cardiaco y que se pueden tener colocados en el cuerpo desde 24 horas hasta incluso 2 años. Se llaman Holter. Además de conocer cuales son las arritmias, es imprescindible conocer también como está el corazón. Para ello se realiza:

  • Una historia clínica (para conocer antecedentes familiares, antecedentes personales como hipertensión arterial u otras enfermedades que pueden favorecer las arritmias).
  • Exploración física.
  • Casi siempre una radiografía de tórax
  • Ecocardiograma para ver como es la estructura del corazón.
  • Si es necesario profundizar aún más en la anatomía del corazón, se realiza una resonancia magnética (RSMN) o una tomografía axial computarizada (TAC).
  • Si se necesita conocer como están las arterias coronarias se realizará una coronariografía. Hay que recordar, que cualquier enfermedad del corazón puede afectar al sistema eléctrico y favorecer la aparición de arritmias.
  • Por último, para conocer con seguridad como se encuentra el sistema eléctrico, se realiza un estudio electrofisiológico. Para ello se introducen unos pequeños electrodos a través de la vena femoral, que llegan hasta el corazón y analizan la actividad eléctrica del mismo.Si se encuentran en el estudio electrofisiológico alteraciones eléctrica que se pueden solucionar, destruyendo una mínima parte de tejido cardíaco, se procederá entonces a realizar el procedimiento de ablación con catéter (utilizando radiofrecuencia, frío (crioablación) o con otras fuentes de energía.