Uno de los síntomas más graves que ha traído consigo el coronavirus ha sido el de las dificultades para respirar, una afectación que ha hecho que aumente la preocupación de padres y madres por sus pequeños ante cualquier indicio de que su hijo o hija está respirando mal. Y resulta de vital importancia estar atentos a cualquier síntoma que pudiera indicar un principio de neumonía, una enfermedad infecciosa de los pulmones que comporta riesgo de contagio.

La neumonía en niños presenta síntomas habituales como los de tos y fiebre y se cura con antibióticos, pero también puede derivar, en casos graves, en la necesidad de oxígeno.

Para saber más de esta enfermedad pulmonar, hablamos con Manuel Hermoso, especialista del Servicio de Pediatría de Quirónsalud Murcia, para conocer mejor en qué consiste la neumonía en niños, sus síntomas, cómo detectarla a tiempo y cómo actuar para hacerle frente.

¿Qué diferencia hay entre una neumonía y una pulmonía?

Ambas significan lo mismo y hacen referencia a la inflamación de una parte de los pulmones (lo más habitual) o de todo un pulmón (menos frecuente), en la que los alveolos pulmonares (bolsitas diminutas llenas de aire en su estado normal) se llenan de líquido y dejan de ejercer su función, que es la de llevar a cabo el intercambio del aire respirado entre dichos alveolos y los vasos sanguíneos que los rodean.

¿Qué es un principio de neumonía?

Se acostumbra a llamar ‘principio de neumonía’ a una imagen radiológica que sugiere el inicio de la instauración de una inflamación, todavía no consolidada, de una parte del pulmón.

¿Qué causa la neumonía en los niños?

Existen diversas causas de neumonía en los niños, pero fundamentalmente son producidas por la invasión de la vía aérea por diferentes gérmenes (bacterias y virus, en la mayoría de los casos) que producen la infección pulmonar, es decir, las neumonías de causa infecciosa. Aunque también existen otras causas como la inhalación de sustancias inflamatorias (normalmente gaseosas) que al aspirarlas pueden producir las llamadas neumonías químicas.

Dentro de las neumonías de causa infecciosa bacteriana, la más frecuente es la producida por el neumococo, la que denominamos neumonía típica; y, por otra parte, las de causa no bacteriana son las neumonías víricas, producidas por virus respiratorios diferentes y habituales como productores de infecciones respiratorias en los niños que van a guarderías.

Otros tipos de neumonías infecciosas son las producidas por hongos, que suelen afectar a niños inmunodeficientes.

Fiebre y tos son los síntomas más habituales, pero el niño afectado también puede mostrar apatía o falta de apetito y, en los casos graves, una mala coloración de las mucosas

¿Cuáles son los síntomas de la neumonía en los niños?

Fundamentalmente son la fiebre y la tos, pero estos síntomas no son exclusivos de la neumonía, también se suelen dar en otras infecciones respiratorias (laringitis y bronquitis). Por lo tanto, lo que hace sospechar al pediatra de que se puede tratar de una posible neumonía es una auscultación respiratoria anormal y sugestiva de neumonía (cosa no sencilla de obtener en los niños más pequeños, que suelen llorar durante la exploración impidiendo así al pediatra la obtención de dichos hallazgos).

Además de la auscultación anormal, otros signos orientativos son la afectación del estado general del niño, que suele manifestar una apatía y decaimiento, así como la pérdida de apetito; y, en los casos más graves, una mala coloración de las mucosas, lo que llamamos cianosis y un quejido al respirar.

¿Cómo podemos saber que un niño está respirando mal?

Es lo que llamamos dificultad respiratoria o disnea, y en esos casos lo que se aprecia es:

  1. Respiración rápida
  2. Trabajo para respirar: se marcan las costillas, se observa un bamboleo del abdomen a veces y se pueden oír ruidos anormales como los pitos típicos de las bronquitis obstructivas en el asma o, en casos de gran dificultad, un aleteo nasal; y, por supuesto, se observa una coloración azulada de los labios en los casos de una falta de oxígeno en las neumonías muy graves que afectan a gran parte de un pulmón.

 ¿Cómo se diagnostica una neumonía?

 El diagnóstico de certeza de una neumonía se hace mediante la realización de una radiografía del tórax, en la que se aprecia alguna zona del pulmón en la que no existe aireación, lo que se llama zona de condensación, que puede afectar a uno o más lóbulos pulmonares.

 

El diagnóstico de certeza de una neumonía se hace mediante la realización de una radiografía del tórax- FREEPIK

 ¿Qué debemos hacer cuando un niño tiene una neumonía?

  1. Valorar el estado general del niño.
  2. Determinar el tipo de neumonía. 
  3. Considerar la necesidad de ingreso en el hospital.
  4. Decidir qué antibiótico es el más adecuado en cada caso.

¿Cómo se cura la neumonía?

La pauta a seguir va a depender del tipo de neumonía que tenga. Fundamentalmente consiste en la administración de antibióticos en las neumonías de causa bacteriana, además de los medicamentos para la fiebre e incluso para la tos en los niños mayorcitos y, en los casos más graves, puede ser necesaria la administración de oxígeno.

En los casos más graves de neumonía, puede ser necesaria la administración de oxígeno L.O.

Los niños con neumonía no necesitan ingreso en el hospital en la mayoría de los casos, pero sí puede llegar a ser necesario en el caso de los niños menores de 6 meses cuando hay síntomas de gravedad, cuando la neumonía es muy extensa, y también cuando la neumonía no responde al tratamiento y la situación clínica ha empeorado, así como cuando existe ansiedad familiar por el proceso.

¿Cómo saber si la neumonía del niño es grave?

Una neumonía puede considerarse grave en los siguientes casos:

  1. Afecta a más de un lóbulo pulmonar.
  2. Está producida por un germen poco habitual o que muestra resistencia a los antibióticos empleados.
  3. Cuando se complica con un derrame pleural (acumulación de líquido entre las pleuras).
  4. Cuando necesita la administración de oxígeno.
  5. Cuando aparece en el hospital durante un ingreso por otro motivo de enfermedad.

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