A nadie le gusta vomitar y el caso es que podemos hacerlo por numerosas razones. Es una sensación bastante desagradable y por desgracia, en la mayor parte de ocasiones no está en nuestra mano vomitar o no. Es nuestro cuerpo quien lo decide. Entonces, ¿por qué vomitamos?

El vómito es la expulsión violenta por la boca de los contenidos estomacales, según explica en una entrevista con Infosalus la doctora Mercedes Ricote Belinchón, coordinadora del grupo de trabajo de Aparato Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

"Normalmente, tu aparato digestivo transporta la comida hacia el estómago, para luego hacerla pasar por los intestinos hasta que lo que queda de la comida llega al recto para salir del cuerpo en forma de excremento (caca). Pero si tienes un virus u otros gérmenes en el estómago o intestinos, comes alimentos con muchas bacterias, te sientes muy nervioso, tu estómago o intestino pueden decir 'paro la comida aquí mismo' y cuando esto sucede, los músculos del estómago y el intestino empujan el alimento hacia arriba, en vez de hacia abajo, para regresar al lugar de donde provinieron", según explica la Fundación Nemours.

En concreto, la doctora Ricote detalla que el vómito es un mecanismo por el cual los músculos de la pared abdominal se contraen fuertemente a fin de crear la presión necesaria para vomitar (arcadas). "Las arcadas no siempre se presentan con vómito, sino que pueden estar precedidas o seguidas del mismo. Por su parte, la náusea puede ocurrir sin vómito o antes de éste", precisa la experta.

Así, asegura que no es malo frenar el vómito, ni tampoco provocarlo. "De hecho, en algunas intoxicaciones se fuerza el vómito para evitar la absorción de la sustancia ingerida", precisa la médica de atención primaria, a la par que recuerda que salvo por malformaciones o por intervenciones quirúrgicas previas, todo el mundo puede vomitar.

Entre los problemas más comunes que pueden causar náuseas y vómitos incluyen, según precisa la experta: las alergias a los alimentos; las gastroenteritis víricas epidémicas; las intoxicaciones alimentarias; el reflujo gastroesofágico o ERGE; ciertos medicamentos o tratamientos, como la quimioterapia o la radioterapia; las migrañas; las náuseas matutinas durante el embarazo; el mareo o cinetosis; el dolor intenso, como el causado por ejemplo por los cálculos renales; la apendicitis; una obstrucción intestinal; el cáncer o un tumor; una intoxicación por la ingestión de un fármaco o un tóxico; o problemas del estómago o el intestino delgado.

El papel de las náuseas y cómo aliviar los vómitos

Generalmente, la doctora Mercedes Ricote señala que los vómitos van acompañados de las náuseas, aunque no siempre que las tengamos es sinónimo de que vayamos a vomitar. "La náusea podría ocurrir con o sin vómito y, de igual manera, puede haber vómito sin náusea. Y ambos pueden ir o no acompañados por una sensación de rubor, sudoración, salivación, mareo, o molestia en la parte superior del abdomen", remarca la especialista.

Sobre si es malo intentar frenarlas, por ejemplo, sacando la cabeza por la ventana, o intentando despejar la mente con otras cosas, la médico de atención primaria subraya que lo mejor es sentarse tranquilamente, ya que algunas veces caminar de un lado a otro puede empeorarlas. "Chupe un caramelo o enjuáguese la boca con agua después de vomitar. Intente salir para recibir un poco de aire fresco. Mire una película o vea la televisión para alejar de su mente las náuseas", aconseja.

Para sentirse mejor recomienda en este tipo de casos: tomar suficientes líquidos para evitar la deshidratación y si se tienen problemas para retener líquidos, tomar pequeñas cantidades de líquidos claros con frecuencia; comer alimentos blandos y no consumir comidas picantes, ni grasas o saladas; ingerir cantidades pequeñas con más frecuencia; evitar los olores fuertes, ya que a veces pueden provocar náuseas y vómitos; en el caso de estar embarazada y tener náuseas matutinas, comer galletas saladas antes de levantarse por la mañana.

A su vez, la experta de Semergen recalca que se deben evitar algunos tipos específicos de alimentos cuando se tengan náuseas y vómitos, como los alimentos procesados y grasosos, al igual que aquellos que contengan mucha sal. "Algunos de estos son panes blancos, pasteles, rosquillas, salchichas, hamburguesas de comida rápida, alimentos fritos, patatas fritas y muchos alimentos enlatados", detalla, a la par que ve conveniente evitar los alimentos con olores fuertes, así como la cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas, o los alimentos muy picantes.

Sobre el momento en el que una persona debe ir a ver a un médico de atención médica por las náuseas y los vómitos que padece, la doctora Ricote insiste en que se trata de un proceso común y por lo general no es serio.

Sin embargo, sí reconoce que debe comunicarse con un médico si cree que el vómito es por envenenamiento; si lleva vomitando más de 24 horas; si presenta sangre en el vómito; si tiene dolor abdominal severo; si presenta dolor de cabeza severo y rigidez en el cuello; o si presenta signos de deshidratación, como boca seca, micción poco frecuente u orina oscura.