Hablar de huevos y ciencia no es ninguna tontería. Hasta existe un ‘Instituto de Estudios del Huevo’, que promueve la investigación científica sobre los huevos y la mejora de su calidad. Los huevos son uno de nuestros alimentos básicos, pero no vamos a hablar hoy de sus propiedades nutricionales sino de sus propiedades mecánicas, porque… el huevo tiene un diseño extraordinario.

Estructura

El huevo tiene tres partes principales: la cáscara (o cascarón), la clara (o albumen) y la yema.

La cáscara está formada en su mayor parte por carbonato de calcio, un compuesto químico que se encuentra también en las conchas y en muchas rocas, y que se utiliza como suplemento del calcio en la alimentación. El color del cascarón (normalmente blanco o marrón) se debe a distintos pigmentos según la raza de la gallina o del ave. La cáscara no es hermética y tiene miles de pequeños poros que permiten el paso de aire.

La clara es fluida y contiene sobre todo agua y proteínas. Entre la clara y la cáscara hay una membrana (que se ve muy bien al pelar un huevo duro). En la parte ancha del huevo queda una cámara de aire entre el cascarón y la clara, que aumenta con la edad del huevo. La clara pesa el 60% del total del huevo y rodea a la yema para protegerla. Cuando la clara se calienta, se coagula y se vuelve blanca.

Dureza

Las moléculas de carbonato de calcio de la cáscara están en forma de cristalitos microscópicos. Gracias a esa estructura la cáscara tiene una gran dureza. Pero además, el diseño oval del huevo hace que sea todavía más rígido, pues debido a sus curvaturas las fuerzas se reparten por toda la cáscara y resulta más difícil romperla.

La yema es la parte central y anaranjada del huevo. Ocupa un 30% del huevo y contiene nutrientes para alimentar al pollito cuando el huevo ha sido fecundado.

Experimentos con huevos

Descomposición de la cáscara con ácido

Llena un vaso con vinagre o con zumo de limón y echa un huevo dentro. El ácido acético del vinagre, o el ácido cítrico del limón, se descompone poco a poco el carbonato cálcico. Verás que se forma una espumilla blanca y pequeñas burbujas que se desprenden de la reacción química. Déjalo toda la noche, y comprueba cómo está la cáscara al día siguiente.

Un huevo fresco no flota

Si un huevo está fresco se hundirá al meterlo en un vaso con agua. Si flota es que el huevo no es fresco (su cámara de aire es mayor y le hace flotar).

Aplastar un huevo

Es mucho más fácil aplastar un huevo si lo cogemos puesto en horizontal. Pruébalo. Coge un huevo en horizontal entre los dedos pulgar e índice, y aprieta. Luego sujeta otro huevo en vertical por sus polos (donde tiene más curvatura), e intenta aplastarlo.La física nos dice que el huevo se debe cascar por la parte central, en la parte más ancha, donde será más fácil crear una grieta.

Huevo crudo o cocido

Cogemos dos huevos y cocemos uno de ellos (el tiempo suficiente para tener un ‘huevo duro’). Para saber cuál es cuál, los hacemos girar sobre una superficie lisa. El huevo cocido (que es todo sólido) realizará giros uniformes y a más velocidad. Sin embargo, el huevo crudo gira de forma irregular, como a trompicones, y a menor velocidad. Además, podemos observar también este curioso fenómeno: mientras giran los huevos apoyamos un dedo encima y los detenemos, pero inmediatamente soltamos el dedo y el huevo crudo recupera el giro (el cocido no). Intenta también hacerlos girar parados en vertical. No podrás conseguirlo con el crudo, pero sí con el cocido.