¿Cómo se producen los terremotos y cómo se miden?

Primero hay que saber cómo es el interior de nuestro planeta. Está dividido en tres partes: el núcleo (líquido y muy caliente), el manto y la corteza. La corteza, junto con la parte superior del manto, forman una capa llamada 'litosfera', que es rígida y tiene unos 100 km de espesor. Precisamente en la litosfera está la causa de los terremotos, por dos motivos: puede desplazarse por encima del manto inferior (como si flotara sobre él), y está fragmentada en pedazos.

Estos pedazos son las 'placas tectónicas', y hay unas 15 en toda la superficie del planeta. Cuando las placas se mueven, rozan y chocan entre sí. Estos roces producen volcanes, plegamientos de tierra y fallas geológicas (las 'fallas' son fracturas del terreno). Todos estos movimientos, de los bordes de las placas y de las propias fallas ya existentes, liberan de forma brusca una cantidad enorme de energía en forma de ondas sísmicas que se propagan por la tierra y producen violentas sacudidas. El foco de un terremoto se llama 'hipocentro', y su proyección sobre la superficie se llama 'epicentro'.

Los terremotos se miden de dos formas: 1ª) por su intensidad, según los efectos que produce; y 2ª) por su magnitud, según la cantidad de energía liberada. Pero, ojo, no son lo mismo. Un terremoto puede tener gran magnitud (mucha energía) pero poca intensidad (poco efecto en la superficie). Y también puede ocurrir lo contrario, que un terremoto de poca magnitud cause graves daños, como ocurrió precisamente en el terremoto de Lorca, cuyo hipocentro estaba a poca profundidad y entonces las ondas produjeron grandes efectos en la superficie. La intensidad se mide con una escala del 1 al 12 (hasta el nivel 3 son débiles y casi no se sienten, a partir de 7 son dañinos, y a partir de 10 devastadores). El terremoto de Lorca fue de intensidad 7. Respecto a la magnitud, la escala más conocida es la de Richter, y cada grado en la escala significa que la energía del terremoto es 10 veces mayor.

¿Sabías que...?

En el mundo se producen más de un millón de terremotos al año. Y sólo en España hay más de mil al año. Afortunadamente, la mayoría son sólo leves movimientos de tierra o 'temblores', que no producen daños y ni siquiera los notamos. El sur de España (sobre todo Murcia y Granada) es la zona con más actividad y peligrosidad sísmica. En la Región de Murcia cada año se registran dos o tres terremotos importantes. Aunque ninguno suele llegar a la intensidad del terremoto de Lorca de 2011, que fue especialmente grave.

El experimento: simulamos movimientos sísmicos

Materiales: Caja de zapatos. Palitos de madera de varios tamaños del tipo 'regletas cuisenaire', o fichas de dominó. Plastilina.

Un terremoto

Ponemos la caja de zapatos sobre una mesa. Colocamos encima de la caja los palitos, parados, pero pegando una pequeña bolita de plastilina en la base para que se queden un poco sujetos al cartón. Ya tenemos nuestra ciudad, con casas y edificios de distintas alturas. También se puede hacer apilando fichas de dominó. Golpeamos el lateral de la caja con una cuchara. Se producirán ondas horizontales que harán vibrar la tapa de la caja. Los edificios también vibrarán y algunos se caerán.

Comprueba cuáles se caen antes. Ve golpeando la caja cada vez más fuerte, aumentando así la intensidad del terremoto.

Repetimos el experimento golpeando ahora la caja por la parte de abajo, ya que en los terremotos también hay ondas verticales. Compara este efecto con el anterior.

Por último, damos un fuerte puñetazo encima de la mesa. Veremos que el efecto del terremoto es mucho menor (menos intensidad) aunque el golpe a la mesa haya sido más potente (más magnitud) que el que dimos a la caja con la cuchara.