¿Sabías que...?

El tenis de mesa también se conoce como ping-pong y como pimpón (palabra aceptada por la Real Academia). El nombre ping-pong (una marca registrada para referirse al juego en sus orígenes) viene de los sonidos de la pelota cuando da en la raqueta (ping) y en la mesa (pong).

Al pimpón se juega muy rápido; se dice que es el más rápido de los deportes que no usan motor. Y también es un deporte de mucha habilidad. Los jugadores de alto nivel tienen mucha técnica al golpear la pelota, y saben darle efectos que despistan totalmente al rival cuando la pelota bota y rebota. Algunos golpes son verdaderas obras de arte.

La pelota de pimpón, los golpes y sus botes

Las pelotas de pimpón pesan 2.7 gramos y miden 4 cm de diámetro. Son esféricas y huecas. Se fabrican con celuloide o plásticos con propiedades elásticas tales que se cumpla la siguiente condición: cuando se deja caer la pelota desde una altura de 30 cm, tras el bote debe alcanzar una altura de entre 24 y 26 cm.

Este particular diseño, que está regulado por la Federación Internacional de Tenis de Mesa, condiciona la velocidad en el aire y los botes de la pelota y, así, se consigue el movimiento característico de este juego. Todo es cuestión de física.

Existen tres tipos de golpes que dan ‘efecto’ a la pelota:

1) Golpe cortado o back spin. Consiste en golpear la pelota como cortándola hacia abajo con la raqueta. Así la pelota adquiere un giro hacia atrás. Cuando la pelota bota en la mesa sale con una trayectoria más vertical, e incluso puede volver hacia atrás. Y cuando da en la raqueta del rival sale rebotada hacia abajo.

2) Golpe liftado o top spin. Se golpea a la pelota por arriba haciendo que gire hacia adelante. Tras el bote en la mesa, la pelota sale despedida hacia delante con una trayectoria más horizontal. En la raqueta del rival la pelota rebota hacia arriba.

3) Efecto lateral o side spin. El golpe produce un giro de la pelota hacia uno de los dos lados. Cuando la pelota bota en la mesa o el rival devuelve la pelota, ésta sale hacia el lado contrario al que gira.

El experimento: experimentamos con los giros y los botes

Materiales: Pelota de pimpón. Una cinta métrica.

Medimos la altura de los botes

Dejamos caer la pelota sobre una superficie dura, como el suelo (que no sea de tarima). Hay que soltarla desde una altura de 30 cm y sin velocidad inicial ni giros. Ponemos la cinta métrica pegada a la pared, en dirección vertical, para poder observar la altura a la que llega tras el bote, que debería ser de unos 24 o 25 cm. Repetimos el experimento soltando desde distintas alturas; por ejemplo, si ahora soltamos desde 1 m el bote debe llegar hasta unos 80 cm.

Seguramente obtendrás alturas menores si no utilizas una pelota oficial (las marcadas con tres estrellas). También pues lanzar la pelota hacia adelante desde una cierta altura, y verás que en los sucesivos rebotes la altura es cada vez menor.

Damos efecto a la pelota

Soltamos la pelota desde una cierta altura sobre una mesa, pero haciéndola girar con los dedos en el momento de soltarla. Podemos probar con los tres efectos explicados: cortado, liftado y lateral. Observamos la dirección en la que sale despedida la pelota tras el bote en la mesa. Practica hasta conseguir efectos sorprendentes.