Más de 60 centros educativos de la Región de Murcia participan en el programa 'Recreos Inclusivos', una iniciativa que promueve actividades en grupo para que los niños con autismo puedan jugar con sus compañeros de clase en el patio durante el tiempo del recreo. Este curso participan más de 70 alumnos con trastornos del espectro autista (TEA) y se pretende ampliarlo cada año. El programa se lleva a cabo en centros de Infantil y Primaria mediante el acuerdo suscrito por la Consejería de Educación y la Cátedra de Autismo y Trastornos Generalizados del Desarrollo (Astrade) de la Universidad de Murcia, y está financiado por la Obra Social La Caixa.

Entre los recursos que la Consejería destina a la atención del alumnado que presenta trastornos del espectro autista destaca el Centro de Educación Especial para niños autistas Las Boqueras, en Murcia, que también funciona como centro de recursos educativos para el asesoramiento.

Además, la Consejería cuenta con un equipo de orientación específico de autismo y otros trastornos del desarrollo, formado por varios profesionales (cinco orientadores a tiempo completo y uno más a tiempo parcial, un profesor técnico de servicios a la comunidad, una maestra de Audición y Lenguaje), a los que se añaden dos maestras de Pedagogía terapéutica, dos psicólogas clínicas y una trabajadora social que forman parte de la Unidad Terapéutica.

La Región cuenta con 15 aulas abiertas específicas que escolarizan de forma preferente a alumnos con TEA, diez de Primaria y cinco de ESO, si bien la inmensa mayoría, más del 60 por ciento de los 2.570 alumnos con TEA, están escolarizados en la modalidad de integración, la más inclusiva, pues «la inclusión del alumnado con necesidades educativas especiales constituye el objetivo primordial en este ámbito».

Alumnos con TEA

El TEA (Trastorno del Espectro Autista) es un trastorno del neurodesarrollo que empieza a manifestarse alrededor de los dos primeros años del niño y se extiende durante el resto de su ciclo vital. Las áreas más afectadas son las capacidades de interacción social y comunicativa y la regulación flexible de sus pensamientos y conductas.

Un alumno con TEA no buscará relacionarse con sus iguales; y, si lo hace, su manera de interactuar puede ser inapropiada. Ambas situaciones podrían conllevar al aislamiento y el acoso en el aula de dicho alumno.

Otras características del niño autista, que interfieren en la inclusión dentro del aula, es la presentación de patrones de pensamiento y movimientos repetitivos (balanceo, cerrar y abrir puertas€), una hiperreactividad ante ciertos estímulos, la dificultad para la comprensión del lenguaje simbólico o para empatizar. No obstante, los síntomas del TEA son muy heterogéneos. No todos los alumnos que sufren autismo manifiestan las mismas alteraciones cognitivo y conductuales, ni en el mismo grado.

Actividades en el aula

Para abordar correctamente el autismo en el aula y lograr una buena inclusión del alumno con TEA en las dinámicas de clase, es necesario que el docente respete, valore y comprenda las necesidades de dicho alumnado; que se implique en el trabajo del equipo experto y se muestre flexible en su labor pedagógica, con el único fin de cubrir todas las necesidades del alumno. Entre las actividades y estrategias que se pueden realizar a favor de la buena adaptación del alumno autista, caben destacar:

1) La estructuración del entorno para que sea predecible por parte del alumno y se sienta seguro emocionalmente. La creación de rutinas, así como el diseño de una agenda con pictogramas, fotos o dibujos ayudarán al niño autista a anticiparse y comprender la secuencia de las acciones que requiere una tarea; también, a la identificación de las emociones propias y de los iguales.

2) El uso de apoyos visuales para facilitar las enseñanzas (programa TEACCH) y la incorporación de programas de comunicación y competencia social como el Programa de Comunicación Total, donde se asocian signos a vocalizaciones.

3) Siguiendo la metodología anterior, son de vital importancia los apoyos visuales (historietas, cómics y vídeos) para mejorar la comprensión por parte del alumno de las situaciones sociales e impulsar la imitación de conductas adecuadas.

4) En las fichas de trabajo del alumno también se debe incluir la secuencia de tareas, paso a paso, con claridad y dibujos de apoyo.

5) Por último, se aconseja crear un 'círculo de amigos' del entorno al alumno con TEA: un grupo de compañeros que interactúen y le guíen en los entornos más abiertos (el patio, el comedor escolar o durante los cambios de clase).