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Agente Amigo

Educación Vial: actitud, cooperación y compromiso entre municipios murcianos

Foto de familia durante la Jornada de Buenas Prácticas en Educación Vial en Molina. | L.O.

Foto de familia durante la Jornada de Buenas Prácticas en Educación Vial en Molina. | L.O.

Víctor J. Navarro

Policía Local de Cartagena y Criminólogo

El pasado 24 de octubre, el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Molina de Segura fue el escenario de la Jornada de Buenas Prácticas en Educación Vial, un encuentro impulsado por la Jefatura Provincial de Tráfico de Murcia y la Escuela de Formación e Innovación de la Administración Pública (EFIAP). La cita reunió a representantes de once municipios de la Región, en una muestra de coordinación institucional y compromiso con la seguridad vial ciudadana.

El acto contó con la presencia de Micaela Martínez Costa, directora general de Función Pública y Diálogo Social; Virginia Jerez Cayuela, jefa provincial de Tráfico; Caridad de la Hera Orts, directora de la EFIAP; y José Pérez Almagro, comisario jefe de la Policía Local de Molina de Segura. Autoridades que coincidieron en destacar la trascendencia de estos foros de trabajo, donde la cooperación entre municipios se consolida como la herramienta más eficaz para avanzar hacia una educación vial moderna, inclusiva y sostenible.

Durante la jornada, los distintos cuerpos de Policía Local expusieron sus proyectos en materia de educación vial, compartiendo experiencias que reflejan la diversidad territorial y organizativa de la Región. No todos los municipios parten del mismo punto: el número de habitantes, los presupuestos locales, los recursos humanos y la propia orografía condicionan la acción educativa y preventiva. Sin embargo, el denominador común es el compromiso y la entrega de los agentes, que con frecuencia asumen esta labor de forma vocacional y polivalente.

En palabras de muchos de los asistentes, la actitud supera a la aptitud. Hay policías que, en soledad o con recursos mínimos, llevan adelante programas integrales en colegios, asociaciones y centros juveniles. Son «lobos solitarios» que hacen de todo, que multiplican esfuerzos y, con su ejemplo, consiguen que la educación vial llegue donde los medios no alcanzan. Su labor, muchas veces silenciosa, merece ser reconocida como una de las expresiones más puras del servicio público.

Estos encuentros no son solo una exposición de proyectos, sino una plataforma de intercambio real de conocimiento. Un espacio donde lo micro adquiere voz y protagonismo, y donde cada experiencia, por pequeña que parezca, puede convertirse en modelo para otros municipios. La creación futura de mesas técnicas entre profesionales permitiría consolidar este diálogo, planificar estrategias conjuntas y mantener vivas la transparencia y la motivación que caracterizan a estas jornadas.

Porque antes de ser grande, todo proyecto fue una idea local. Y cuando esas ideas se comparten, la seguridad vial deja de ser una meta para convertirse en una cultura compartida.

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