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Rimacuentos, para divertirnos mientras te lo cuento

¿Quén le pone el cascabel al gato?

¿Quién le pone cascabel al gato?

¿Quién le pone cascabel al gato? / L.O.

Mayte Muñoz Fortuny

Filóloga, escritora y cuentoterapeuta

Ayer, rebuscando, rebuscando

en un cajón del tiempo,

encontré un libro viejo.

Un libro de poesía.

Sí, sí… no te rías,

al menos, todavía.

Cuando me lo regalaron,

era niña y pensé:

—¿Un libro de poesía?

¡Qué mala suerte, madre mía!

Y allí quedó,

arrumbado,

durmiendo años de polvo y silencio.

Hasta que una tarde gris,

cuando el alma se me nublaba,

mi madre quiso darme consuelo.

Abrió el cajón buscando un amigo:

un oso poderoso,

una muñeca amorosa…

y, rebuscando, rebuscando,

sacó el viejo libro de poemas.

¡Qué sorpresa la mía!

¡Cómo me animó, madre mía!

Lo abrió con ternura,

y con voz de melodía

leyó:

El congreso de los ratones,

de Lope de Vega.

Juntáronse los ratones

para librarse del gato;

y después de largo rato

de disputas y opiniones,

dijeron que acertarían

en ponerle un cascabel,

que, andando el gato con él,

librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,

colilargo, hociquirromo,

y encrespando el grueso lomo,

dijo al senado romano:

«¿Quién de todos ha de ser

el que se atreva a poner

ese cascabel al gato?»

Y comprendí.

El poema no hablaba solo de ratones,

sino de nosotros,

de ese miedo tan humano

a dar el primer paso.

A veces la vida nos reúne

para hablar, discutir, planear…

pero el valor se esconde

cuando llega el momento de actuar.

La prudencia —esa sabia amiga—

no es cobardía,

es inteligencia serena.

Ser valiente

no es correr al abismo,

ni desafiar al peligro por orgullo.

Es medir el salto,

calcular el riesgo,

mirar las consecuencias

y aún así decidir avanzar.

Solo tú conoces tu miedo,

solo tú sabes tu medida.

Escúchate,

confía,

y elige con calma tu camino.

Porque ser prudente

no es callar ni rendirse:

es ser valiente

con sabiduría.

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