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La depresión infantil: causas y signos de alerta

La depresión infantil: causas y signos de alerta

La depresión infantil: causas y signos de alerta

J. Alejandro López

No es complicado encontrar en nuestras escuelas a alumnos con un estado de ánimo deprimido, abatido y anhedónico. Hemos de estar atentos para que este estado de ánimo en la infancia no se manifieste en la adolescencia con conductas autolíticas y de ideación suicida.

Para el Manual diagnóstico DSM-5 la depresión se caracteriza por: cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento previo; al menos uno de los síntomas es: estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de placer.

Estos síntomas son los siguientes: estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información de la propia persona o de la observación por parte de otras personas. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso o de apetito. En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado. Insomnio o hipersomnia casi todos los días. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada casi todos los días. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días. Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

Las causas de la depresión infantil son diversas. Destacamos las siguientes: factores biológicos y genéticos heredados de la familia; alteraciones en los neurotransmisores (dopamina, serotonina, etc.). Factores ambientales como la situación familiar: cuidados negligentes, abuso de sustancias, apego desestructurado. Factores sociales como ser víctima de acoso escolar, estar en situación de adopción. Factores psicológicos, entre ellos, la pérdida de un ser querido o el maltrato infantil.

Los signos de alerta que podemos observar y que nos pueden dar pista de que el menor manifieste un estado depresivo son los siguientes:

Signos emocionales: irritabilidad; anhedonia o pérdida del placer y el interés por cosas que antes sí le gustaban; aislamiento.

Signos cognitivos: pérdida de memoria manifestada en olvidos y dificultad para concentrarse; pensamientos de autolesión e ideación suicida.

Signos físicos: agitación, cansancio continuado, alteración del sueño y apetito, somatizaciones como dolores de cabeza y estómago.

La depresión en los más pequeños es un problema que afecta seriamente su bienestar emocional y desarrollo. Estar alerta ante los signos de depresión es fundamental, ya que los niños a menudo no expresan su sufrimiento de manera explícita. Signos como cambios en el comportamiento, alteraciones en el sueño o el apetito, y falta de interés, pueden indicar una necesidad de atención por parte del adulto. Identificar estas señales a tiempo permite intervenir adecuadamente, ofreciendo la ayuda necesaria para prevenir mayor sufrimiento. Ante estos signos hemos de acudir al pediatra para que determine la situación del menor y también podemos contar con el asesoramiento de los Equipos y Unidades de Atención Temprana y los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógicos del sector.

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