Contó y con eso

El cuento como puente de aprendizaje: hablando del TDAH

Esther Murcia Gomicia

Esther Murcia Gomicia

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una situación que afecta a muchos niños y puede continuar en la vida adulta. Las personas con TDAH suelen enfrentar dificultades para concentrarse, tienen una tendencia a moverse constantemente y, en ocasiones, actúan de manera impulsiva. Estas características pueden generar inseguridad, dificultar la formación de amistades y afectar el rendimiento académico.

Es fundamental entender que tener TDAH no implica una menor inteligencia ni falta de esfuerzo. Muchas de estas personas son altamente creativas y poseen habilidades excepcionales en diversas áreas. Con el apoyo adecuado, que puede incluir terapia, estrategias de gestión del tiempo y, en ciertos casos, medicación, pueden aprender a manejar sus síntomas y alcanzar sus metas.

Hoy exploramos los beneficios de los cuentos, especialmente para los niños con TDAH. La narrativa tiene el poder de captar la atención y estimular la imaginación, lo que activa procesos cognitivos esenciales para comprender el lenguaje, identificar patrones y conectar conceptos. Al sumergirse en historias ficticias, los niños pueden explorar y experimentar sin el temor al juicio.

Los cuentos son una herramienta valiosa para fomentar la lectura en niños, en esta ocasión niños con TDAH. Gracias a elementos visuales y tramas bien estructuradas, estos relatos les ayudan a contextualizar la información. Además, muchos cuentos presentan personajes que reflejan síntomas y situaciones similares a las suyas, lo que les permite sentirse identificados.

Estos relatos son ideales para compartir en familia y también pueden ser utilizados por maestros en el aula. Leer juntos no solo resuelve dudas, sino que también guía a los niños para que se reconozcan en las historias. Así, la lectura se transforma en una experiencia enriquecedora y accesible para ellos.

Si estáis buscando una lectura divertida y llena de enseñanzas, te invito a descubrir algunos cuentos que seguramente captarán toda vuestra atención.

Uno de mis favoritos es 'Julieta, estate quieta', de Rosemary Wells. Publicado en 2008 por Alfaguara, este encantador álbum ilustrado nos presenta a Julieta, una niña que siente que nadie la escucha en su hogar. Mientras su madre se ocupa del bebé Salustiano y su padre ayuda a su hermana Flor con los deberes, Julieta lucha por encontrar su lugar en la familia. A través de su historia divertida y un poco loca, Rosemary Wells nos recuerda la importancia de cada miembro en el seno familiar.

Otro cuento que vale la pena leer es 'La Leona Maripilista', una historia sobre una leoncita que se distrae en las clases de su maestra Leocadia. Todo cambiará durante una excursión, donde aprenderá lo esencial que es estar atenta. Publicado por Ediciones FORTUNA, este relato es ideal para enseñar a los niños la importancia de concentrarse.

También te recomiendo 'Había una vez... una Abeja', un cuento que aborda la convivencia y el autocontrol a través de Meli, una abejita un poco peleona. Escrito por Nazaret Cantero Muñoz y Ángeles Páez López y editado por CEPE, este libro es perfecto para ayudar a los niños a reflexionar sobre sus comportamientos.

Por último, no te puedes perder 'Una palabra olvidada', un entrañable cuento sobre Rubén, un niño con TDAH que nos muestra que, a pesar de las dificultades, la ilusión y la solidaridad siempre triunfan.

Y si te gustan las historias sobre amistades y aprendizaje,' Fosforete, el dragón bromista' es genial. Este cuento narra las aventuras de un dragón que no comprende el impacto de sus bromas hasta que sus amigos deciden dejarlo solo. A partir de ahí, Fosforete empieza a reflexionar sobre sus acciones y aprende cómo recuperar a sus amigos.

¡Sumérgete en estas lecturas llenas de amor, risas y valiosas lecciones!

Y recuerda, los cuentos encarnan una herramienta valiosa y en esta ocasión fomentan el desarrollo y bienestar de los niños con TDAH. A través de narrativas cautivadoras y personajes memorables, estos relatos no solo estimulan la imaginación, sino que también fomentan la concentración con nuestra leona, la empatía con Rubén y la regulación emocional con Fosforete. Al seleccionar cuentos que resuenen con sus intereses y desafíos particulares, padres y educadores pueden crear un entorno de aprendizaje enriquecedor que ayude a los niños a gestionar su día a día y a desarrollar habilidades sociales y emocionales. Al final, la lectura no solo enriquece la mente, sino que también ofrece un espacio seguro donde los niños con TDAH pueden explorar y comprender su mundo, promoviendo así su crecimiento integral y su autoestima. Fomentar el hábito de la lectura desde una edad temprana es, sin duda, una inversión en su futuro.

¿Te apetece hacerme una sugerencia para tus próximas lecturas en Pequeopi? No dudes en ponerte en contacto conmigo en gymemocion@gmail.com. Gracias.

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