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La importancia de la música en la educación

la importancia de la música  en la educación

la importancia de la música en la educación / J. Alejandro López

J. Alejandro López

Mañana miércoles 29 de marzo se celebra el Día Mundial del Piano. Desde 2015 venimos celebrando este día, una propuesta que fue realizada por el compositor alemán Nils Frahm. Se celebra el día 88 de cada año puesto que 88 son las teclas que conforman un piano actual. Por ello, en este artículo nos proponemos reflexionar sobre la importancia de la música en la educación formal.

Ya desde la Educación Infantil hemos de promover el gusto por la música, favoreciendo una primera aproximación a la expresión musical, pues, como se afirma en el Real Decreto 95/2022 de enseñanzas mínimas de la etapa de Educación Infantil: «El lenguaje musical es un medio que permite la comunicación con los demás y posibilita el desarrollo de aspectos como la escucha atenta y activa, la sensibilidad, la improvisación y el disfrute a través de la voz, el propio cuerpo o los juegos motores y sonoros. De la misma manera, también se aproximarán al conocimiento de distintas manifestaciones musicales, lo que irá despertando su conciencia cultural y favorecerá su desarrollo artístico».

El fomento de la experiencia musical en las aulas conlleva una serie de repercusiones positivas en el aprendizaje, promoviendo el desarrollo de las capacidades emocionales, sociales, motrices y cognitivas.

Algunas de las manifestaciones psicológicas y cognoscitivas positivas de la música son las siguientes:

Mejora la atención y la concentración (Restak, 2009); aumenta la capacidad creativa (Brewer, 1995). Los cerebros de los músicos tienen la corteza cerebral más grande, aumento en la masa blanca y agrandamiento del área de Broca (Andreasen, 2006).

Mejora la capacidad de recordar (O’Donnell, 1999). La música, cuando se introduce a edades tempranas, puede tener efectos positivos sobre el sistema nervioso (Correa, 2010); tiene la capacidad de reducir la ansiedad y el estrés (Correa, 2010). El uso de la música en el aprendizaje de las lenguas extranjeras es de gran utilidad para la entonación y pronunciación (Correa, 2010). La utilización de instrumentos musicales mejora las capacidades motrices; las clases de educación musical promueven la socialización y mejoran la autoestima.

Como podemos comprobar, la educación musical, ya desde la etapa de Infantil, promueve el desarrollo integral del alumnado, fomentando la adquisición de capacidades y habilidades que les servirán en su progreso educativo, personal y social. Por ello es importante reivindicar que esta materia se tenga en cuenta en todas las etapas educativas, ocupando un espacio dentro del currículo.

En el hogar podemos fomentar el gusto por la música a través de actuaciones como proponer un rato en casa para conocer distintos estilos musicales de diferentes países de forma que los pequeños conozcan diversas culturas promoviendo así una educación en la diversidad. Haz que sea divertido; podemos bailar en casa con los infantes, por lo que también estaremos trabajando la psicomotricidad. Compra un instrumento musical de juguete para que se vayan familiarizando con los sonidos, las estructuras y funciones. Karaoke en casa: con esta divertida actividad, fomentamos el gusto por la música y también la dicción y la entonación. Pasar un rato musical con los más pequeños en un entorno divertido y cálido promueve una mayor afectividad entre padres e hijos cultivando así un tipo de apego seguro, imprescindible para un desarrollo evolutivo saludable.