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El juego en la infancia

El juego en la infancia.

El juego en la infancia. / J. Alejandro López

J. Alejandro López

Tras las fiestas navideñas, los más pequeños han recibido una serie de juegos y juguetes que amenizaran sus vidas. Por lo que en este artículo vamos a profundizar en la importancia del juego en la infancia y los tipos de actividades, juguetes y juegos que pueden utilizarse, centrándonos en los juegos de carácter didáctico.

Podemos entender el juego como una actividad necesaria para los seres humanos, que permite a los más pequeños ensayar conductas y roles sociales que tendrán que llevar a cabo en el futuro. Los juegos permiten hacer comparaciones y manipular objetos suscitando un aprendizaje sin esfuerzo en los menores y a su vez promoviendo el desarrollo de la inteligencia, la psicomotricidad y las competencias afectivas y sociales. Las características fundamentales del juego son su carácter propedéutico, es decir, ayuda a crear unos conocimientos previos que podrán utilizarse en situaciones sociales posteriores; su función intrínseca, pues tiene un fin en sí mismo; y el ser placentero ya que ocasiona entretenimiento y satisfacción en el menor.

No todos los juegos y juguetes tienen un carácter didáctico, es decir, su objetivo no es alcanzar un aprendizaje concreto. Para que un juego sea catalogado de didáctico tiene que mantener una serie de características, como adaptarse a la edad y capacidades del niño en cuestión, tiene que poseer una finalidad educativa que fomente el desarrollo cognitivo, social, emocional y/o motriz del niño, promover la toma de decisiones y despertar el interés por aprender cosas nuevas que podrán servirle en su vida diaria.

Para fomentar el juego en la infancia tenemos una serie de materiales, actividades y juguetes que podemos utilizar con los más pequeños según el objetivo que nos propongamos alcanzar. Así, si deseamos potenciar el juego simbólico podemos utilizar materiales como muñecos, peines, teléfonos, pizarras. Si lo que pretendemos es fomentar las capacidades lógico-matemáticas usaremos puzles, rompecabezas, encajables, juegos de mesa. Si lo que procuramos es que el niño explore y tenga un conocimiento de su entorno utilizaremos fotos, botes, vasos, espejos, lupas. Otros materiales fomentan la interacción social, como son cuentos, fotografías y cómics.

Con respecto a las actividades que podemos llevar a cabo con los menores, también se basarán en los objetivos que nos propongamos conseguir. Así, podemos realizar actividades para el fomento del conocimiento físico, como puede ser observar plantas y animales del entorno, identificar las propiedades de los objetos (color, tamaño, dureza), identificar alimentos característicos de cada estación. Otras actividades favorecen el conocimiento social, como por ejemplo participar en juegos cooperativos, actividades para identificar y describir a otros compañeros del aula, identificar profesiones y trabajos. Y por último, otras actividades promueven el conocimiento lógico-matemático, como clasificar objetos por color o tamaño, jugar a los tenderos, coleccionar objetos, realizar actividades de construcción con bloques, puzles y juegos de construcción.

Por último, hemos de enfatizar el papel de las familias a la hora de diseñar actividades y de seleccionar juegos y juguetes que puedan estimular las capacidades infantiles. Las familias han de crear un espacio para jugar en casa, un espacio de lectura para fomentar hábitos lectores, y ser conscientes de la importancia de saber elegir juguetes que puedan ser divertidos, apetecibles y, al mismo tiempo, didácticos.