En los centros educativos nos encontramos alumnado con diferentes necesidades que requiere de recursos concretos para poder mantener una escolarización adecuada. En las escuelas podemos hallar alumnado con dificultades o trastornos de la atención y del aprendizaje, como son el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), dislexia, discalculia, disgrafía, disortografía, alumnado con trastorno del espectro autista (TEA), con diversas discapacidades, también podemos encontrar alumnos con trastornos graves de conducta o de la personalidad, y, entre otras dificultades y problemáticas, alumnado con trastorno específico del lenguaje (TEL). El conjunto de estos alumnos, dentro del sistema educativo, es clasificado como alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo. De todas estas dificultades y trastornos, nos vamos a centrar en los niños que manifiestan un trastorno específico del lenguaje, pero ¿qué es el trastorno específico del lenguaje o TEL?

El TEL se concibe como un desarrollo deficitario o anormal del lenguaje, existiendo un desfase en su desarrollo lingüístico promovido por un déficit en la expresión y la comprensión. Las características de un menor que presenta TEL son las siguientes: dificultades para poder comunicarse, vocabulario pobre tanto en uso como en conocimiento; dificultad para aprender nuevas palabras; problemas con las categorías semánticas ya que no hacen la correspondencia, por ejemplo, de que un perro está en la categoría de animal; algunos niños manifiestan ecolalias, entre otras características. Este trastorno se manifiesta desde las primeras etapas de adquisición del lenguaje, sobre los 2-3 años, por lo que algunos de estos niños suelen estar ya escolarizados.

Los centros educativos, desde la Educación Infantil hasta el Bachillerato, cuentan con una serie de recursos materiales y humanos que pueden intervenir sobre las necesidades educativas que se derivan de dicho trastorno. Vamos a destacar algunos de estos recursos.

La orientación educativa: una de las funciones de los orientadores en los centros educativos es la realización de una evaluación e informe psicopedagógico que ayude a entender las necesidades concretas del alumno y asesorar sobre los recursos y las adaptaciones de acceso y curriculares (ya sea en la metodología como en la evaluación, por ejemplo). El orientador puede asesorar sobre estas necesidades, recursos y adaptaciones, tanto al profesorado, al equipo directivo, al mismo alumno, así como a las familias.

El maestro de Pedagogía Terapéutica y el maestro de Audición y Lenguaje. Ambos tipos de profesionales atienden e intervienen de forma directa o indirecta con el alumnado con TEL. También pueden asesorar a las familias y al profesorado sobre materiales curriculares, formas de actuar en el aula y en el hogar, entre otras acciones.

Los tutores de los alumnos con necesidades realizan, junto con el resto del equipo docente y asesorados por los anteriores agentes comentados, un documento denominado Plan de Trabajo Individualizado o Plan de Actuación Personalizado (según normativa vigente) donde se establecen los acuerdos sobre las actuaciones y adaptaciones que el profesorado llevará a cabo para atender de forma personalizada al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.

Para que podamos tener una educación de calidad que atienda a todos los alumnos según sus necesidades y características es importante que los centros educativos sean sensibles a las dificultades y trastornos que encontrarán en sus aulas.