El bullying o acoso escolar es uno de los problemas que generan gran preocupación en la sociedad. Necesitamos que los centros educativos se conviertan en espacios seguros, donde la convivencia pacífica sea lo cotidiano y donde los conflictos que se produzcan puedan resolverse de manera dialogada y reparadora. Para conseguir que la convivencia en los centros escolares sea la adecuada se establecen una serie de recursos, espacios y agentes como son el aula de convivencia, los mediadores de conflictos, el coordinador de bienestar y equipos de intervención, entre otros. Una figura importante para el asesoramiento es el orientador educativo. Por ello, para esclarecer qué es el bullying y cómo podemos prevenirlo, entrevistamos a Ángel Contreras, orientador educativo en el IES Domingo Valdivieso de Mazarrón, Murcia.

Ángel, inspirado por el personaje de Superman y su afán por ayudar a los demás, se formó en educación, en psicología y en investigación. Es un apasionado de la psicología y ha centrado parte de sus investigaciones en el tema del bullying y el ciberbullying. De esta temática conversamos con él.

Ángel manifiesta que el bullying es un fenómeno por el cual uno o varios agresores molestan, agreden, aíslan, rechazan, insultan y/o manipulan o extorsionan a otro u otros (víctimas), generalmente porque tienen alguna debilidad, defecto físico, personalidad especial, etnia… Y esto lo suelen hacer ante la actitud pasiva de lo que llamamos observadores. Hay ciertas características que deben darse, como la frecuencia (debe ser algo continuado y reiterado en el tiempo) y si las víctimas no tienen posibilidades o muy pocas de poder defenderse, es decir, debe haber un desequilibrio de poder. Cuando intervienen en este fenómeno las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, hablamos de ciberbullying.

Ante la pregunta de si este problema se puede prevenir ya desde la escuela infantil, su respuesta es contundente: sí, se puede y se debe. Pero no solamente desde el ámbito de la educación, sino también desde el ámbito socio-familiar de los alumnos. Para Ángel, la prevención debe ser la puesta en marcha de programas y el uso de recursos que trabajen temas fundamentales como las habilidades sociales, la mejora de la autoestima y el autoconcepto, y la resolución pacífica de conflictos. También es indispensable, continúa aseverando, fomentar el trabajo en equipo y valores como la solidaridad.

Para poder detectar si un alumno está sufriendo este tipo de acoso, Ángel nos da algunas pistas. Debemos estar atentos a si el niño mantiene temores o miedos injustificados a ciertos lugares y/o personas, se producen cambios significativos en alimentación y sueño (tanto por exceso como por defecto), cambios emocionales significativos (llantos, irritabilidad, agresividad, euforia, ira,…) y aparece un descenso en el rendimiento académico, entre otros factores.

Sobre el papel que juega la orientación educativa ante el acoso, Ángel nos comenta que esta debe participar en la prevención y en la resolución de los casos de bullying y ciberbullying que se produzcan desde sus funciones, y siempre colaborando con otras instituciones como el sistema judicial o las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Además, hemos de proteger a las víctimas y apoyar en todo momento a sus familias e intervenir con los agresores y observadores.