Hay diversas maneras de adquirir conocimientos y destrezas: a través del juego, la experimentación, la memorización y en la infancia una de estas formas son las conocidas como rutinas y hábitos.

Podemos entender por rutina como la forma de estructurar un tiempo concreto realizando una tarea o tareas determinadas. Así ordenamos el tiempo en secuencias de acciones precisas que tienen la particularidad que han de ser periódicas y repetirse para adquirirse y consolidarse. Estas rutinas dotan de seguridad y orden a los niños pequeños.

Las rutinas son importantes pues ayudan a los niños a organizar el tiempo, sentirse seguros, potenciar su independencia y concentración y en definitiva adquirir autonomía que es uno de los objetivos básicos que nos proponemos en la Educación Infantil, esto es, que el alumnado adquiera habilidades, conocimientos y destrezas para alcanzar una mayor autonomía personal con la que desenvolverse en su entorno de manera adecuada.

Son distintas las rutinas que podemos ensayar en el aula y en casa. Entre ellas destacamos las siguientes:

Rutinas al despertar: levantarse y hacer la cama, ir al baño. En el aseo tenemos la hora del pipi/caca, lavarse las manos y dientes. El desayuno y el vestirse. Rutinas al entrar al colegio: el camino al cole. La fila inicial y saludo a compañeros y maestros/as. Rutinas a establecer en el colegio: la hora de la asamblea. Este es un espacio donde los niños se reúnen para hablar de temas concretos, se establecen las pautas del día y se resuelven posibles conflictos. Entradas y salidas de los recreos; haciendo la fila para salir y entrar. La hora de la fruta o almuerzo. La pequeña siesta, donde los más pequeños descansan. La música puede ayudar a entender en qué momento de la rutina se encuentran. La música relajante puede ser el inicio del descanso y una música algo más alegre, mostrar el final de la siesta y el comienzo de la siguiente actividad. El final y salida del colegio. Vuelta a casa: rutina de vuelta a casa comentando con los familiares lo mejor del día y los posibles malos momentos. La tarde: la hora de la merienda. El juego. La ducha. Son momentos donde el niño puede conversar y aprender con la familia. La noche: las rutinas de la cena, como ayudar a poner la mesa. Ir al aseo y a la cama.

Para realizar con éxito estas rutinas es esencial mantener unos horarios estables, que el orden no varíe, ser constantes, establecer espacios de tiempo para cambiar de actividad o rutina, es decir, que el niño se despida de la rutina para inicia una nueva con suficiente tiempo.

Como podemos comprobar las rutinas y hábitos han de trabajarse tanto en casa como en la escuela. Con ellos los más pequeños aprenden a estructurar su tiempo, a predecir las situaciones, a entender los contextos, a adquirir roles y a dar orden y sentido a su vida. Las rutinas son aprendizajes que contribuyen a la mejora de la capacidad cognitiva, psicomotriz, emocional y social de los niños y niñas en la etapa de infantil.