La Opinión de Murcia

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El mundo de Jesuso: El cumpleaños

Portada 'El mundo de Jesuso'

 —♫♫…Cumpleaños feliz, te deseamos todos, ¡cumpleaaaaaños feliiiiiiiiiiiiz! ♫♫

—Pffffffffffffffffffffffh.

Y apago la tarta de cumpleaños de un soplido.

¡Lo conseguí!

¡PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS!

La gente aplaude mientras contemplo cómo he llenado todo el pastel de babas al soplar.

Pero eso ahora no importa, je, je, je… Lo que importa es que lo he apagado de una vez al mismo tiempo que pedía una bici, así que ¡hoy me la regalan seguro!

En mis otros cumpleaños jamás pude conseguir esto, siempre ocurrió alguna desgracia: o una vela fastidiosa se quedaba encendida, o se le pegaba fuego al mantel, o mi primo Borja ponía petardos en la tarta.

Pero en esta ocasión ya me he preocupado yo de que nada se repitiera y, antes de empezar, he examinado bien las velas, he traído un extintor y he cacheado a mi primo en la entrada.

Por fin puedo decir que tengo nueve años y todos me felicitan.

Cuando digo todos, quiero decir mi familia: mis padres, mi hermana Lola, mi abuela Dolores y mi tita Sole con su marido y su hijo, que son mi tío Ramón y mi primo Borja.

Mis amiguetes no han venido. Es lo malo de haber nacido en una fecha como la de hoy, el día de los Reyes Magos. Al ser festivo pasan la tarde con su familia y nunca pueden estar. ¿A que es un fastidio?

Aunque ese no es el mayor fastidio. El mayor fastidio es que las pocas personas que vienen no me dan los dos regalos que me tocarían: uno por mi cumple y otro por Reyes, como sería lo lógico… No… Cada uno de ellos me da uno solo… ¡Y se quedan tan panchos…!

Mi madre, en estos casos, siempre suele soltarme el mismo rollo: «Lo importante no es el obsequio, sino la buena intención. La gente te da un regalo por las dos celebraciones y mata dos pájaros de un tiro. No está la vida para malgastar dinero tontamente».

La verdad es que yo no entiendo muy bien qué significa eso de matar pájaros de un tiro, ¡ni tampoco quiero que nadie se los cargue! Lo único que quiero es que las cosas sean normales y recibir de cada persona mis dos obsequios. ¿Acaso estoy pidiendo algo raro? ¡Buah…! ¡Pues parece que sí, porque nadie me hace caso…!

Por ese motivo, estas últimas semanas he tenido que usar un «plan B» para conseguir más regalos.

Como mi santo fue el 1 de enero, estuve intentando convencer a mi madre de organizar otra fiesta ese día. Pero ella me respondió: «¡No! Si quieres una celebración por tu santo, la haremos a la vez que tu cumpleaños y los Reyes Magos, así matamos tres pájaros de un tiro, no está la vida para malgastar dinero tontamente».

Y yo, ¿qué quieres que te diga…?, que ese sermón de los pájaros ya empieza a jorobarme, ¡pero cualquiera le discute algo con el mal genio que gasta…!

Mi plan no coló… Y es que también es otro fastidio que mi santo sea una semana antes que mi cumpleaños… Aunque más fastidio es que mi santo sea el día de San Jesús, y por tanto llamarme ¡Jesús! ¡Un nombre que no me gusta ni pizca!

Lo de Jesús viene de cuando en mi bautizo el cura preguntó cuál iba a ser mi nombre. Ese día, mi padre no estuvo muy creativo y contestó: «Jesús. Este será Jesús, como su padre, su abuelo y su bisabuelo».

¡Buah…! No tenía escapatoria, no podía llamarme de otro modo.

Yo, por supuesto, era un bebé y no me acuerdo de nada, sin embargo, mi abuela me ha contado que, en cuanto mi padre pronunció aquello, empecé a llorar angustiado. ¡Lógico!, a pesar de que yo era pequeño, no era tonto, ¡y es que cualquiera lloraría si le dan algo que no le gusta y debe soportarlo de por vida…!

A muchos no les parece un nombre feo, y quizá lleven razón, ¡pero a mí no me gusta! ¿Qué le voy a hacer…? De todas formas, solo en casa soy Jesús, fuera de ella soy «Jesuso».

En mi barrio casi todos tenemos apodos o nos llaman de alguna manera especial. Y no es por maldad, es por tradición

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La gente me dice Jesuso por «Toño el Pospós», mi mejor amigo. Siempre vamos juntos, y en mi barrio nos comparan con un ajo y un puerro: él es gordote y yo soy flacucho.

«Toño» realmente se llama Antonio, pero si lo repites rápido, aparece «Toño», su apodo. Mira, prueba tú: «AntonioAntonioAntoñoAntoñoAntoñoToñoToñoToño», ¿ves?

Otra cosa distinta es lo de «el Pospós», que le viene por ser algo tartamudo, pero también bastante burro. ¿Y por qué digo esto? Porque suele comenzar las frases diciendo: «pos… pos…».

Por ejemplo, él suelta: «pos… pos el cole esabú… esaburrido» en lugar de: «pues el cole es aburrido»; o «pos… pos eso noescier… noescierto», en lugar de: «pues eso no es cierto».

Pos eso… que… que… ¡que ya no sé de qué hablaba…! ¿Qué estaba yo contando…? Es que a menudo me distraigo pensando en otras cosas y se me va el santo al Cielo… ¡Ah, sí…! Que soy Jesuso por culpa de Toño.

Resulta que un día, en tercero de infantil, íbamos a jugar al fútbol y le tocaba a él escoger jugadores para su equipo. Él dudaba entre elegirme a mí o a Quique: «pos… pos ¿a quién elijo? ¿A Je… Je… Jesús o Quique? ¿Jesús o Quique? ¿Jesús o Quique?», repetía sin cesar.

Pero justo en ese instante pasó delante «Rosi Asquerosi», la chavala que le gusta. Al verla se quedó empanao y tartamudeando una barbaridad como suele ocurrirle cuando se pone nervioso: «Jesús o Quique, Jesús o Quique, Jesús o…, Jesús o…, Jesús o…, Jesuso…, Jesuso… Jesuso…». A mis amiguetes les hizo gracia y ¡desde entonces soy Jesuso!

Aunque peor le fue a «Guille el Cacas»… Una vez en la que Toño se cabreó con él, quiso decirle: «Guille, eres un canijo», y como también se quedó atascado, solo le salía: «Guille eres un ca… ca…, un ca… ca…, un caca…, un caca…». A mis amiguetes les hizo aún más gracia, y con el mote de «el Cacas» se quedó el pobre.

La verdad es que en mi barrio casi todos tenemos apodos o nos llaman de alguna manera especial. Y no es por maldad, es por tradición. Ninguno se enfada por ello, son como nuestros «nombres artísticos», je, je, je…

Ilustración de 'El mundo de Jesuso' L.O.

Así que soy Jesuso, Jesuso Pérez García, y hoy celebro el día de los Reyes Magos, de mi santo y de mi cumple. Ya tengo nueve años, ya soy mayor, muy mayor, nunca he sido tan mayor en mi vida, y como soy muy mayor, necesito una bici.

Por tanto, si es cierta esa leyenda de que tus deseos se cumplen al apagar las velas de la tarta con un solo soplido, en unos segundos la conseguiré al fin.

Si te soy sincero, yo creía que los Reyes Magos me la traerían esta pasada noche, pero no lo han hecho. Ellos han vuelto a traerme su tradicional regalo: lo que les ha dado la gana.

Y a pesar de estar acostumbrado, este año no esperaba que repitieran la jugarreta, y menos tras la carta que les escribí:

Queridos Reyes Magos, este año NO quiero nada de ropa (subrayo el «no» y os lo pongo en mayúscula para que lo leáis bien).

Para evitar confusiones, os aclararé lo que para mí es ropa.

Para mí, ropa son pantalones, camisas, bufandas, abrigos, chaquetas, suéteres (que los odio) y cualquier trozo de tela que se ponga en el cuerpo.

Tampoco quiero libros, y menos de refranes, que no los entiendo y me dan dolor de cabeza.

Este año, como cada año, os pido una BICI (subrayo «bici» y la pongo en mayúscula para que lo leáis bien). Sé que en otras ocasiones no la habéis traído por la quejica de mi madre.

Ella se queja de que nuestro piso es enano y que si metemos más trastos tendremos que salirnos a dormir al rellano. Pero no alarmaros, encontré la solución: una llave inglesa.

Cuando haya que guardar la BICI, la desmontaré y la repartiré por casa: una rueda tras la tele, otra sobre el frigo, el cuadro en la ducha y los pedales en el horno.

¡Problema resuelto! Os espero donde siempre, en mi habitación, CALLE ARCE, Nº23, 1ºE (subrayo «calle Arce, nº23, 1ºE» y lo pongo en mayúscula para que lo leáis bien).

Firmado: Jesuso, un pobre peatón.

PD: Ni qué decir tiene que he sido requetebueno.

Creo que la carta estaba bien clarita, ¿verdad? ¡Pues parece ser que para los Reyes Magos no lo suficiente…! Los tíos jetas no me han hecho caso y me han traído un jersey y un libro, ¡y de refranes!

Eso sí, como a mi madre le chiflan, se ha puesto contentísima. Me ha dicho que con un libro así aprenderé mucho, ya que los refranes son cultura y yo estoy hecho un salvaje…

Pero es que, encima, me ha soltado el sermón de los pajarracos: «Jesús, tu regalo de Reyes también es tu regalo de cumpleaños por parte de casa, así matamos dos pájaros de un tiro. No está la vida para malgastar dinero tontamente».

Portada 'El mundo de Jesuso' L.O.

DATOS DEL LIBRO

Título:

‘El mundo de Jesuso’

Autor:

Juan Rabadán Martínez

Editorial:

Mr. Momo

Edad recomendada

De 8 a 12 años.

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