Desde edades tempranas los seres humanos somos como pequeños científicos o filósofos pues nos cuestionamos sobre aquello que sucede a nuestro alrededor: «Todo niño lleva un pequeño científico-filósofo integrado». Y es que ya desde la etapa infantil utilizamos alguna forma de razonamiento. Tres son los modos básicos de razonamiento humano, siguiendo la teoría de Piaget: transductivo, inductivo y deductivo.

Razonar es la capacidad humana para relacionar diferentes estímulos proporcionando una estructura y orden con el que podemos, a través de premisas, obtener conclusiones sobre la realidad. Estos pensamientos no tienen porque ser lógicos o verdaderos, muchos de ellos pueden ser meras creencias, prejuicios y opiniones pero tienen la misión de poder explicar el mundo que nos rodea y darle sentido. Los niños en la etapa de Infantil manifiestan un tipo de razonamiento caracterizado por no ser lógico, donde se presentan limitaciones a la hora de entender las relaciones reales entre causa y efecto. Este tipo de razonamiento se produce de lo concreto a lo específico y se denomina, razonamiento transductivo.

A través del razonamiento transductivo el niño intenta entender el mundo que le rodea, pudiendo llegar a conclusiones muy creativas e incluso disparatadas. Por ejemplo, puede pensar que hace un día soleado porque se ha portado muy bien o incluso, al ver a una mujer embarazada salir de un ascensor, pedirle a su madre que se meta en el ascensor pues quiere tener un hermano, ya que desde su punto de vista, es el ascensor el que provoca la situación de embarazo. Este tipo de razonamiento lleva aparejado otras formas de pensamiento sobre la realidad como son el animismo y el artificialismo.

El animismo es la consideración de que elementos inertes poseen vida, están animados. Por ello el niño puede hablarle y mostrar afecto a materiales o enseres como su cama. Por ejemplo, el niño golpea su cama sin querer y puede pedirle perdón y preguntarle si está bien. Los elementos inertes son para él entes vivos con los que puede comunicarse y manifestar afecto. El artificialismo es la creencia de que los elementos de la naturaleza son creados por el ser humano. Los astros, las montañas y el mar son estructuras fabricadas por otras personas. Un niño puede creer que las nubes del cielo son creadas por las chimeneas de las casas.

Con el paso del tiempo, los niños dejarán atrás este tipo de razonamiento no lógico para abrazar otras formas de razonar, ya sí, amparadas en la lógica. En la siguiente etapa, llegarán a razonar inductivamente para más tarde y por último, alcanzar un razonamiento deductivo. El razonamiento inductivo es propio de la etapa de Primaria. Este parte de lo particular para llegar a conclusiones generales. Requiere de experimentación y observación de lo concreto para, a partir de ahí, poder sacar conclusiones generales. El razonamiento deductivo es el último que se alcanza, alrededor de la etapa de Secundaria. Este parte de teorías generales para llegar a lo particular. Un ejemplo sería deducir una conclusión a través de una premisa general: Todos los perros ladran, María tiene un perro, el perro de María ladra. Así es, según Piaget, como el ser humano va progresando en su forma de razonar desde la infancia a la edad adulta.