¿SABÍAS QUE…?

La sal común (la que empleamos en la cocina) es cloruro de sodio, un sencillo compuesto natural formado por cloro y sodio. La sal se encuentra disuelta en el mar y también en rocas minerales. Desde la antigüedad, se emplea para dar sabor a los alimentos y como conservante para elaborar las salazones de carne (como el jamón y los embutidos) y de pescado (como la mojama y las anchoas). Aunque hoy día es un condimento asequible y barato, en otras épocas fue objeto de importantes intercambios y rutas comerciales. La sal es una sustancia imprescindible para nuestro organismo (su presencia la notamos, por ejemplo, por el sabor salado de la sangre y el sudor), aunque debe permanecer en las proporciones adecuadas.

COMPOSICIÓN, PROPIEDADES Y OBTENCIÓN DE LA SAL

Molécula y cristales de sal

La sal es una molécula formada por iones de sodio, cuyo símbolo químico es Na, y por iones de cloro, cuyo símbolo es Cl. Por eso, la fórmula química de la sal es NaCl. Los iones son átomos que han perdido o ganado un electrón y, por tanto, están cargados de electricidad. En la sal, los iones positivos de sodio atraen mediante fuerzas eléctricas a los iones negativos de cloro. Así se crea un conjunto ordenado, con forma de cubo, donde se alternan el cloro y el sodio, que recibe el nombre de “estructura cristalina”. Por eso hablamos de cristales de sal.

Propiedades

La sal pura es inodora (sin olor) y tiene el sabor característico salado. Normalmente es de color blanco, aunque si miramos bien los cristalitos de sal veremos que son casi transparentes.

La sal es muy soluble en el agua. Podemos disolver hasta aproximadamente 350 gramos en un litro de agua. Cuando la sal se disuelve se separan los iones de sodio y potasio, por eso el agua salada es buena conductora de la electricidad.

El contenido de sal en los océanos es del 3% en promedio, aunque hay mares más salados, como el Mar Menor que tiene una salinidad del 4% y el Mar Muerto que supera el 30%. Cuanto más salado más flotamos, porque la sal es más densa que el agua.

Si echamos sal en agua, aumenta su punto de ebullición y disminuye su punto de congelación. Es decir, el agua con sal necesita más calor para hervir y más frío para congelarse.

Obtención de sal

Se obtiene en las salinas mediante la evaporación del agua del mar, que se calienta por el Sol en unas balsas de poca profundidad (unos 15 o 20 cm). Cuando se evapora toda el agua queda la sal, que llamamos “sal marina”. La sal también se encuentra en la corteza terrestre en el mineral llamado “halita” o “sal de roca”, del que se extrae la sal al molerlo.

Experimento

DISOLVER Y OBTENER SAL EN UNAS SALINAS

Materiales

Paquete de sal. Vaso. Cuchara sopera. Barreño. Cacerola.

Disolver la sal

Llena un vaso de agua. Echa una cucharada de sal y remueve hasta que se disuelva. Ve añadiendo sal y removiendo hasta que observes que la sal ya no se disuelve y queda un poco en el fondo. Has alcanzado el límite de solubilidad.

Salinas

Vierte en una cacerola el agua con sal que tenías en el vaso. Ponla al fuego a calentar con la ayuda de un adulto. Deja que hierva y observa. Cuando se haya evaporado toda el agua, apaga el fuego, deja enfriar la cacerola y recoge la sal de tus salinas.

Puedes hacer el experimento con un barreño con agua salada al sol. Echa en el barreño un litro de agua y un vaso lleno de sal. Remueve bien hasta que se haya disuelto la sal. Pon el barreño en un lugar donde le dé bastante sol. Espera varios días hasta que el agua se haya evaporado por completo.

SABER MÁS

La sal mineral a veces lleva una pequeña cantidad de otros compuestos mezclados con el cloruro de sodio que le dan un color especial a la sal. Por ejemplo, la sal del Himalaya procedente de las montañas de Pakistán tiene tonos rosáceos, y la sal negra de la India tiene tonos grises. Hay minas de sal espectaculares, como las de Wieliczka en Polonia donde los turistas pueden recorrer sus grutas y ver esculturas de sal.