La Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre (en francés: Basilique du Sacré-Cœur de Montmartre), es una basílica menor, templo expiatorio y santuario de adoración eucarística, situado en la colina de Montmartre, en Clignancourt, XVIII distrito de París. Su construcción fue decidida por la Asamblea Nacional en 1873, como un edificio religioso a perpetuidad en homenaje a la memoria de los numerosos ciudadanos franceses que habían perdido la vida durante la guerra franco-prusiana, pero sus promotores fueron acusados desde sus inicios de levantarlo también para expiar los pecados de la Comuna de París. Se organizó un concurso para elegir el arquitecto que la diseñaría, y fue el arquitecto Paul Abadie quien ganó el concurso para su construcción.

La primera piedra se colocó en 1875, y aunque se completó en 1914, no se consagró hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1919. La iglesia fue construida con fondos procedentes exclusivamente de una suscripción popular, en la actualidad es uno de los monumentos más visitados de la Ville Lumière.

Durante mucho tiempo Montmartre ha sido un lugar de culto, primero fue un sitio druida, de paganismo galo, y luego se construyeron templos galorromanos en honor a Mercurio, y probablemente a Marte; en el siglo III, luego del martirio de San Denis, se construye la Cripta del Martirio de San Denis.

En siglo VII se construye la iglesia de Saint-Pierre de Montmartre, una de las más antiguas de París, para la Abadía real de Montmartre, por el rey Luis VI, y su esposa Adelaida de Saboya. En el contexto de 1870 durante la guerra franco-prusiana, y el enfoque de los Srs. Alexandre Legentil y Hubert Rohault de Fleury es espiritual, prometen construir una iglesia consagrada al Sagrado corazón de Jesús, ‘en reparación’ (es decir, en penitencia por las infidelidades y los pecados cometidos) porque para ellos, las desgracias de Francia provienen de causas espirituales más que políticas. La Tercera República fundamentalmente anticlerical quiso quitarle a la Iglesia el disfrute de la basílica y transformarla en una casa popular o en un teatro.