¿Sabías que…?

Un paracaídas es una especie de sombrilla de tela resistente que sirve para reducir la velocidad de una persona o de un objeto que cae por el aire. La idea es muy antigua, aunque muchos de los intentos de fabricar un paracaídas y de lanzarse con él fracasaron. Leonardo da Vinci dibujó uno de los primeros diseños, aunque no llegó a realizarse. El primer salto conocido lo dio el francés Luis Sebastián Le Normand en 1783. En el siglo XIX llevaban paracaídas los pasajeros de los globos aerostáticos. Y durante la Guerra Mundial, los ejércitos crearon cuerpos especiales de paracaidistas. Los paracaídas se han utilizado incluso para dejar caer tanques y camiones, y para frenar la entrada de las naves espaciales al regresar a la Tierra. Hoy día el paracaidismo es también una práctica deportiva con muchos seguidores.

Cómo funciona el paracaídas

Un paracaídas funciona gracias a la resistencia del aire. Si no hubiera atmósfera, como ocurre en la Luna, el paracaídas no serviría de nada. Cuando un cuerpo se mueve dentro de un fluido, como el agua o el aire, las moléculas de ese fluido chocan contra el cuerpo y lo frenan. Se dice que el fluido hace una fuerza de resistencia sobre el cuerpo. Cuanto más denso es el fluido, mayor resistencia. Por eso nos movemos más lentos dentro del agua que en el aire.

Cuanto mayor superficie tiene el cuerpo, más moléculas chocarán contra él y más resistencia habrá. Por eso funciona el paracaídas, porque tiene una gran superficie.

La fuerza de resistencia también depende de la forma del cuerpo. Los cuerpos más “aerodinámicos” (como una bala) tienen menos resistencia, ya que el aire puede pasar más fácilmente por sus lados. Pero un paracaídas es muy poco aerodinámico, porque al tener forma de sombrilla o caparazón el aire se queda atrapado.

Por último, la fuerza de resistencia depende de la velocidad del cuerpo. A mayor velocidad, mayor resistencia del aire. Al empezar la caída, el cuerpo tiene poca velocidad y se va acelerando debido a su peso. Pero una vez que alcanza una determinada velocidad, llamada “velocidad límite”, la resistencia del aire es igual al peso y entonces el cuerpo cae a velocidad constante.

También nuestro cuerpo se frena al caer. Si nos tiramos sin paracaídas, tras varios segundos de caída alcanzaremos una velocidad límite de unos 200 km/h. Pero esa velocidad es demasiado grande. Sin embargo, con un paracaídas la velocidad de caída se reduce a unos 20 km/h, que es como saltar desde sólo un metro y medio de altura, lo que permite aterrizar de forma relativamente segura.

Construye un paracaídas

Materiales

Folios de papel, hilo, plastilina, tijeras y celo.

A mayor superficie mayor resistencia

Recorta dos círculos de papel de 10 cm y 5 cm de diámetro. Pega en el centro de cada círculo un trocito de plastilina del tamaño de una canica. Coloca los círculos de papel sobre las palmas de tus manos (uno en cada mano) con el lado de la plastilina en la parte de arriba. Levanta las manos hasta la altura de tu cabeza y déjalos caer. ¿Cuál cae más lento?

Un paracaídas casero

Recorta un círculo de papel de unos 20 cm de diámetro. Corta 5 trocitos de hilo de unos 40 cm de largo. Pega con celo un extremo de cada hilo en el borde el círculo de papel, a distancias iguales. Une con un nudo los otros extremos de los hilos, asegurándote de que los cinco trozos desde el nudo hasta el papel son de igual longitud. Haz un muñeco de plastilina del tamaño de una mandarina, y átalo a los hilos. Prueba tu paracaídas.

Saber más

Los paracaídas también se utilizan para frenar a algunos aviones en pistas de aterrizaje que son muy cortas, y también para frenar a los dragsters (unos vehículos de carreras muy curiosos).

Respecto a récords, el del salto más alto lo tiene Felix Baumgartner, que cayó en paracaídas tras saltar desde casi 40 kilómetros.