El mes de noviembre lo tenemos a la vuelta de la esquina, de hecho cada vez vamos notando la bajada de temperaturas, así cómo las horas del día van menguando, algo que notamos aún más con el cambio de hora del pasado fin de semana.

Sin duda, algo que marca el final del mes de octubre en estos últimos años en los más pequeños de la casa es la festividad de Halloween, que se ha hecho conocida por nuestra sociedad española debido a la publicidad emitida en las distintas series y películas estadounidenses. Es del todo divertida y curiosa ya que la gente se disfraza con atuendos de temática de terror que simboliza la noche de los espíritus.

Halloween es una fiesta de origen pagano que se celebra la noche del 31 de octubre y que tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain que significa 'fin del verano' y se celebraba al finalizar la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al 'año nuevo celta', coincidiendo con el solsticio de otoño.

Este año nos toca hacer las cosas de forma distinta en los eventos festivos debido a la situación que nos ha tocado vivir por culpa de la covid-19, algo que estamos viendo también en la organización del día de Todos los Santos que tradicionalmente se celebra el día 1 de Noviembre.

Seguramente muchos niños tendrán la tentación de ir puerta por puerta a solicitar alguna golosina y disfrutar de un buen rato con amigos, pero este año debe permanecer en blanco en lo que actividad social se refiere.

Aunque esta fiesta no es que sea muy popular en nuestra sociedad, como he comentando anteriormente, va teniendo acogida debido a la publicidad que año tras año se le va dando no solo en TV sino en centros comerciales, hecho que sin duda va a hacer que algunos valientes tengan la tentación de ir solicitar caramelos con la proclama de 'Truco o Trato'.

Está claro que el papel de los padres va a ser vital durante este día, ya que aunque algún dentista no está de acuerdo con lo que voy a decir, quizás sea una opción el comprar algunos caramelos, disfrazarse, ver una película y compartir los dulces con la familia en casa, evitando así el contacto con otras personas.

Hay que adaptarse a los tiempos que nos ha tocado vivir, por ello es vital que todas las fiestas se celebren con responsabilidad, cumpliendo en todo momento las normas sanitarias vigentes, que pretenden atajar más pronto que tarde esta epidemia que nos acompaña desde principio de año.