Sin duda nos encontramos en una situación muy distinta al inicio del curso escolar del año pasado, motivada evidentemente por la pandemia global de la covid-19 y que parece que va a durar mucho más tiempo de lo que pensábamos.

Las administraciones públicas, desde el inicio de la declaración del estado de alarma, han desarrollado estrategias con el objetivo de disminuir el alcance del virus en la población, siendo algunas recibidas con gusto por los ciudadanos y otras no tanto debido a la restricción de actividades.

Está claro que toca concienciarse de que el distanciamiento social y las reuniones deben de reducirse a su mínima expresión, para garantizar así que este virus que lleva con nosotros desde principios de año nos abandone pronto.

Una de las problemáticas que desde el verano se pueden observar entre los más jóvenes, motivado sobre todo por la limitación de horarios y el cierre de establecimientos nocturnos, es la del aumento de grupos que quedan para consumir alcohol en la vía pública, omitiendo la legislación vigente sobre la prohibición del consumo de alcohol en espacios públicos, así como las normas sanitarias relativas a la limitación de reuniones.

Según datos del Ministerio de Sanidad, el consumo de alcohol suele iniciarse en España alrededor de los 13 años, y en la actualidad el alcohol está muy presente en el tiempo libre y en las relaciones sociales de los jóvenes, tanto que el 75,1% de los adolescentes de 14-18 años ha consumido alcohol alguna vez en su vida, 6 de cada 10 adolescentes se han emborrachado alguna vez en su vida y 1 de cada 3 lo hacen una vez al mes.

El botelleo, de por sí, es algo difícil de erradicar, y es un hecho que sin duda crea bastante indignación en los vecinos del lugar donde se realiza, ya que éste termina repleto de basura, vidrios, además de otras conductas relacionadas con el ruido y otras molestias que se generan, sin olvidar que supone un riesgo sanitario tal y como nos encontramos actualmente.

Sin duda, el papel de los padres y educadores es muy importante, ya que la cultura del alcohol como diversión debe de ir suavizándose a pasos agigantados, y los riesgos sobre beber y la consecuencias que llevan consigo deben de ser un mantra entre los más jóvenes.

Por ello, lanzo una serie de temas que los padres deben abordar a la hora hablar sobre el consumo del alcohol con sus hijos:

1. El alcohol tiene efectos negativos en el organismo, que pueden afectar al crecimiento, a la memoria o al estado de ánimo, entre otros.

2. El consumo de alcohol en la vía pública está prohibido, por lo que el menor puede ser sancionado por tal acción, siendo responsables subsidiarios los padres.

3. Los ayuntamientos ofrecen, a través de sus respectivos planes contra las adicciones, información y asesoramiento para padres y jóvenes.