Cada vez estamos más sensibilizados sobre la importancia de las experiencias de los primeros años en el desarrollo integral de la persona.

Esto ha fomentado que los centros de atención a la infancia y escuelas infantiles, hayan dejado de ser simplemente guarderías donde dejarlos resguardados mientras los padres trabajan, a ser centros educativos con un proyecto de base cuyo fin debe ser "contribuir al desarrollo afectivo, social, intelectual y de autoestima de los más pequeños", afirma María Sánchez Corrales, del centro 'Creciendo Psicólogos'.

El carácter educativo de la atención a la primera infancia requiere que en los centros se cuente con personal y servicios cualificados para hacer realidad dicha premisa, y uno de ellos debería ser la atención psicopedagógica.

Considerando que el cuidado debe ser máximo en la atención a una población tan vulnerable, es fundamental añadir y mejorar la atención psicopedagógica en todos los elementos que imprimen el carácter educativo del primer ciclo de la educación infantil.

La figura del psicólogo debería ser considerada nexo cooperador con el centro educativo para la contribución al desarrollo integral de los pequeños, con un énfasis especial en el aspecto afectivo. El psicólogo ha de trabajar de forma colaborativa junto al equipo docente de los centros de educación infantil:

Debe colaborar en la elaboración, desarrollo y evaluación de la propuesta pedagógica. Teniendo en cuenta que entre los fines de la actividad educativa en los centros de educación infantil está el contribuir al desarrollo de aspectos puramente psicológicos como son: la afectividad, la autoestima, la sociabilidad, la inteligencia y, en sus aspectos funcionales, la psicomotricidad, el lenguaje, la comunicación y la autonomía personal; se requiere de la participación, supervisión y guía de un psicólogo, que debe realizar un importante papel de trabajo conjunto con el equipo docente tanto en el proceso de estimulación y cuidado de dichas áreas como en la evaluación de las mismas. El criterio de un profesional especializado en la valoración de la consecución de los objetivos propuestos en los ámbitos antes mencionados es clave para el éxito del centro y la satisfacción del usuario.

Son importantes las aportaciones de la psicología en el establecimiento de un clima afectivo adecuado, premisa fundamental en la atención a los más pequeños cuyas tempranas experiencias emocionales serán condicionantes en su desarrollo. Es fundamental la puesta en marcha de planes de actuación que incluyan un cuidado proceso de incorporación de los niños al centro para hacer más fácil su proceso de adaptación, una organización diaria cuidadosamente diseñada para crear un ambiente afectivo óptimo (organización temporal, espacial, de recursos humanos y materiales€), así como el trabajo con el equipo docente en todos aquellos aspectos que puedan ayudar en este cometido, como puede ser su propio bienestar emocional.

Relevantes funciones

Por otro lado, el psicólogo tiene relevantes funciones que llevar a cabo en la atención a los niños y niñas que presentan necesidades específicas de apoyo educativo, y también en aquellos casos que requieren de compensación de desigualdades. La identificación y la escolarización temprana en estos casos se considera una herramienta preventiva importante y, por tanto, es tarea fundamental su atención adecuada, que incluya un seguimiento de su proceso evolutivo, la adaptación de la actuación educativa a cada caso particular y la coordinación con la intervención de los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, así como otras instituciones sociales y sanitarias.

El psicólogo debe ejercer un papel relevante en la cooperación entre la actividad educativa del centro y la familia. Los servicios psicopedagógicos deben hacerse cargo del asesoramiento y formación a las familias en aspectos relevantes para el desarrollo integral de sus hijos e hijas, y también deben promover su participación en la actividad educativa del centro.