La demanda, por parte de los padres, de actividades extraescolares para los niños, ha crecido notablemente a lo largo de las últimas dos décadas. Las actividades extraescolares pueden ser muy positivas para el desarrollo de los niños, siempre que evitemos sobrecargar de esfuerzo a nuestros hijos. No conviene que las actividades extraescolares superen las 4 horas semanales, según afirman expertos a elbebe.com.

Las actividades extraescolares pueden ser muy positivas para los niños, siempre que no perdamos de vista los siguientes puntos:

1. Las actividades extraescolares no deberían ocupar el tiempo que los padres podemos pasar con los niños. Tenemos que organizar el horario de nuestros hijos teniendo en cuenta que, para el desarrollo de los niños, resulta clave pasar tiempo en familia.

2. Los niños no necesitan estar ‘aprendiendo cosas’ todo el tiempo. De hecho, los niños suelen ser más curiosos que los adultos y, sin que nadie les obligue, tienden a interesarse por el mundo que les rodea. Diversos psicólogos infantiles han señalado que una sobrecarga de actividades extraescolares puede apagar las ganas de aprender en los niños pequeños, volviéndoles más apáticos y propensos al aburrimiento de lo que, en principio, corresponde a su edad.

3. Además de aprender cosas nuevas, los niños, por su cuenta, saben cómo divertirse. Es normal que un niño diga ‘me aburro’ de vez en cuando. En el fondo, es su forma de pedirnos que juguemos con él. Pero si le servimos en bandeja el entretenimiento de cada tarde, puede que el niño se olvide de cómo entretenerse él solo o con otros niños.

4. No todos los niños van a aprovechar del mismo modo las mismas actividades extraescolares. Conviene que escojamos la actividad extraescolar de nuestros hijos en función de su carácter y sus aptitudes, evitando, especialmente, proyectar en el niño lo que pensamos que nos hubiera gustado aprender a nosotros de niños, o lo que nos gustaría saber a nosotros como adultos.

LO MEJOR PARA EL NIÑO

Los padres debemos tener muy en cuenta el carácter y aptitudes de nuestros hijos a la hora de escoger sus actividades extraescolares. En el fondo, lo ideal es que sean los propios niños quienes decidan qué actividad prefieren practicar, si un deporte, un idioma, un taller creativo, música…

No todos los niños tienen las mismas aptitudes, por lo que no podemos esperar que todos aprovechen del mismo modo las mismas actividades extraescolares. Puede llegar a ser nocivo para el desarrollo del niño que los adultos esperemos de él que sea bueno en todo, o incluso bueno en cosas que al niño no le interesan.

CONSEJOS PARA ELEGIR

Deja que el niño pruebe la actividad. Al cabo de uno o dos meses, pregúntale a tu hijo si le gusta y, si la respuesta es no, trata de averiguar los motivos. Pregúntale si hay otra actividad que preferiría practicar.

Las actividades en grupo ayudan a los niños más tímidos a aprender a relacionarse con otros niños. Los deportes de equipo, como el fútbol o el baloncesto, así como la danza o el teatro, son muy aconsejables para estos casos.

Las actividades individuales, como aprender a tocar un instrumento musical, son beneficiosas para los niños más dispersos, ya que les obligan a concentrarse en algo y esforzarse en ello.

Los idiomas favorecen el desarrollo intelectual de los niños pero, para evitar su agotamiento, debemos intentar que tomen sus clases de inglés o francés como algo que forma parte de su ocio, más que de sus obligaciones escolares.