En la vigésima edición de la Marcha Solidaria que anualmente organiza el colegio Jesús María los fondos recaudados irán destinados a Haití. Este evento, celebrado el pasado 15 de febrero, no es una carrera de velocidad, sino que consiste en recorrer la máxima distancia posible dentro de un circuito, que en este caso ha sido el paseo Alfonso X, donde los corredores obtienen una compensación económica por parte de sus padrinos o patrocinadores en función de dicha distancia. La Marcha Solidaria está rodeada de gran cantidad de actividades con el mismo fin benéfico, concursos, actuaciones, la generosa y esperada tómbola o la caseta que durante la semana anterior ha estado vendiendo productos de merchandising.

El proyecto de este año consiste en crear un espacio para dar apoyo educativo a los menores de edad sin recursos y en situación de extrema vulnerabilidad, falta de atención familiar, etc, en Haití, donde hay más de un millón de niños sin escolarizar. Se incluirá el apoyo escolar de estos menores y se favorecerá un espacio de alfabetización para mujeres trabajadoras. Más de la mitad de estas mujeres son analfabetas. Por último, se creará un área para becar a estudiantes de escuelas profesionales y universitarias, impulsando aún más la educación.

Los que han llevado el peso específico de la organización del evento han sido trece chicos y chicas que cursan primero de bachiller en el colegio organizador. A pesar de su juventud, estos muchachos se han reunido con organismos oficiales, negociado con patrocinadores, buscado hasta la saciedad empresas que colaborasen aportando elementos para la tómbola, comparando ofertas y optimizando costes, encargándose del merchandising, tanto de pedirlo, como de venderlo posteriormente en la caseta y miles de actividades en las que han invertido desinteresadamente su tiempo con la mayor de las ilusiones. Han estado en todo momento respaldados por un equipo de docentes del centro y otro personal que de manera voluntaria ha contribuido a la organización de las actividades.

El color que ha imperado en esta edición en camisetas, globos y carteles ha sido el rosa, no siendo esta la única novedad, ya que a Marchón, el tigre que ejerce desde hace años de mascota de la Marcha Solidaria, le han buscado pareja, una preciosa Marchona que ha sorprendido y acompañado a los participantes mostrando, una vez más, que los tiempos están cambiando y que el mejor entorno en el que empezar es en el educativo.

Entre otras actividades y actuaciones que dieron el toque festivo al evento cabe destacar las actuaciones de los bailarines de las academias de baile Murcia Dance Center y Groetsch, y tras el manifiesto de los organizadores, la actuación del conjunto musical La silla de Mari Luz, que compusieron e interpretaron el recién estrenado himno del evento que seguro permanecerá para futuras ediciones, cerrando el acto el esperado 'flashmob' del que participaron todos los presentes

Esta actividad que se origina en el colegio Jesús María de Murcia es extensible a todos los ciudadanos de la ciudad, y no solamente a los alumnos del centro. Es una fiesta feliz donde casi todos los participantes se sienten satisfechos de darlo todo por esta buena causa. Pero sobre todo es un proyecto basado en tres principios: solidaridad, ya que busca dar una oportunidad a la gente más desfavorecida del mundo; social, por querer motivar y concienciar a la sociedad murciana; y educativa, al constituir una oportunidad para que los jóvenes demuestren que pueden cambiar el mundo, enfrentarse a las injusticias y desigualdades, formándose como personas activas en nuestra sociedad.