La educación ha cambiado enormemente en los últimos años. La enseñanza clásica y vertical, en la que el profesorado hablaba y el alumnado escuchaba y tomaba notas, ha ido dejando paso a otro modelo. En él tienen cabida, también, el aprendizaje cooperativo, la enseñanza por proyectos y otras metodologías que rompen con el esquema clásico y dotan al alumno de un papel más dinámico, según apuntan desde Ayuda en Acción.

Precisamente uno de los proyectos de innovación educativa que se ha ido afianzando en los últimos años es la llamada Aula Invertida, basada en el trabajo en clase, con el o la docente como punto de apoyo, refuerzo y consulta. El Aula Invertida es un modelo que, impulsado por los avances tecnológicos, pretende dar la vuelta a lo que se venía haciendo hasta ahora en el sistema educativo tradicional.

Se basa en que el alumnado estudie y prepare las lecciones fuera de clase accediendo desde sus hogares al contenido expositivo y explicativo de las distintas asignaturas. De esta forma se reserva el tiempo en el aula para realizar los 'deberes' en un entorno más enriquecido donde el alumnado puede aplicar esos conocimientos para resolver tareas individuales y en equipo con el apoyo docente. Pero hay más proyectos que aplica Ayuda en Acción.

LA MÚSICA COMO EJE CENTRAL

Proyectos de innovación educativa con la música como eje central. La idea de las inteligencias múltiples ha ido conquistando terreno en la enseñanza. Y más allá del valor incuestionable de letras y números, hoy día se habla también de la importancia de la música, la pintura o las emociones. En Ayuda en Acción, de hecho, la música es protagonista de más de un proyecto de innovación educativa. 'El Ensayadero', por ejemplo, busca acercar la cultura a los menores con menos recursos. Y la utiliza, al mismo tiempo, para educar en el compañerismo, el respeto hacia la diferencia o la capacidad de escucha. ¿El resultado? Los niños y niñas que participaron en el proyecto crean sus propias bandas superando las diferencias culturales que les separaban, y las han convertido en una vía de escape y una manera de expresarse.

NUEVAS TECNOLOGÍAS

Un proyecto de innovación educativa promovido por Minecraft. También la tecnología es protagonista hoy día de más de un proyecto de innovación educativa. Desde iniciativas que utilizan la realidad aumentada para mostrar paisajes lejanos a proyectos que utilizan videojuegos como Fortnite o Minecraft para ayudar a los más pequeños a desarrollar ciertas capacidades.

Este último, basado en la construcción de universos a base de bloques, ha sido utilizado por varios docentes para trabajar la geometría o la creatividad en clase. Pero también fuera del aula hay iniciativas interesantes. La propia compañía elaboró hace unos meses un proyecto de innovación educativa sobre los fondos marinos. ¿Cómo? Lanzó una actualización con un mundo acuático y animó a los usuarios a 'construir' corales para poblar los océanos. Una idea que buscaba despertar el interés de los usuarios y concienciarles sobre la importancia de un ecosistema en peligro de extinción, en el que habitan una cuarta parte de las especies marinas. Un reto viral que, además, buscaba donar 100.000 dólares a una ONG dedicada a su conservación, y que se consiguió rápidamente.

ACABAR CON LA BRECHA DIGITAL

Proyectos de innovación educativa para acabar con la brecha digital. Desde Ayuda en Acción luchan para que la infancia con menos recursos también tenga acceso a iniciativas como esas. Creen que es fundamental que puedan disfrutar de internet y de todos los recursos que la red puede ofrecerles. Y, con esa idea, trabaja desde 2015. Lo hace, entre otras cosas, a través de GEN10S, un proyecto de innovación educativa desarrollado en colaboración con Google.org. La idea es dotar a niños y niñas de competencias tecnológicas, fomentar las vocaciones STEM (científicas y técnicas) y, al mismo tiempo, educar en valores. Todo un reto.

EN LAS REDES SOCIALES

Un proyecto de innovación educativa en las redes sociales. Las redes sociales suelen ser vistas por padres y docentes como 'el enemigo', algo en lo que sobre todo la adolescencia 'pierde' el tiempo que debería dedicar a los deberes o el deporte. Pero hay varias iniciativas que demuestran que pueden ser una estupenda herramienta para trabajar historia o ciencias sociales en el aula.

Los alumnos de un instituto de la localidad madrileña de Tres Cantos lo hicieron, por ejemplo, recreando el golpe de Estado del 23F a través de Twitter. También en la enseñanza universitaria encontramos proyectos de innovación educativa en esta línea: el alumnado de Comunicación de la Universidad de Loyola Andalucía ha convertido a Juan Sebastián Elcano en un 'chatbot' con el que dialogar a través de Facebook. Es una iniciativa nacida con motivo del quinto centenario de la primera vuelta al mundo, la circunnavegación de la Tierra de Magallanes-Elcano, y que se engloba dentro de un proyecto de innovación educativa más amplio en el que, entre otras cosas, varios personajes de la expedición han contado también con su propia cuenta de Twitter.

Otros docentes apuestan por Instagram para enseñar inglés: parten del videoclip de Malamente para hablar de los adverbios o inventan toda clase de juegos para despertar el interés del alumnado.

Pero todo proyecto de innovación educativa busca lo mismo: despertar el interés por aprender. Y en eso, el cielo es el límite.