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Opinión | Tribuna libre

Senador del Partido Popular

La derechita valientese hace roja

Lo único cierto es que donde el PP gobierna, hay estabilidad y progreso, pero donde Vox bloquea, hay incertidumbre y ruido

Pocas veces hemos asistido en política a un espectáculo tan grave de incoherencia como el que está protagonizando Vox hoy en día. Nacieron proclamando su defensa de España, de la unidad nacional y del sentido de Estado, pero han terminado convertidos en el mejor aliado de Sánchez y sus políticas corruptas y en favor de los separatistas, siendo actualmente el mejor freno a los únicos gobiernos que garantizan estabilidad, moderación y una gestión eficaz: los del Partido Popular.

Y el ejemplo claro lo tenemos en varias comunidades autónomas que hoy deberían estar avanzando con unos presupuestos serios y responsables, pero que se encuentran bloqueadas por la pinza política de Vox y PSOE, como son Baleares, Aragón o Extremadura, donde los gobiernos del Partido Popular se topan con un doble muro: el de la izquierda, y el de Vox, que prefiere castigar al PP antes que hacer frente al sanchismo.

El adelanto electoral en Extremadura es un claro ejemplo. La región, en lugar de centrarse en atraer inversión y mejorar su sanidad, educación y empleo, como propone María Guardiola, tendrá que soportar una nueva campaña electoral por el simple capricho de quienes confunden la política con el cálculo partidista. ¿Quién gana con esta situación? Solo los socialistas de Sánchez, que ven cómo la división del centroderecha que propicia Vox les regala oxígeno político.

Y Baleares y Aragón repiten el mismo patrón: Vox y el PSOE yendo de la mano e impidiendo que los gobiernos del PP de Prohens y Azcón saquen adelante los presupuestos. Es una alianza de hecho, sin ninguna coherencia ideológica, pero que acoge a esa pinza rojiverde que solo pretende bloquear de forma sistemática al PP. Entre ambos han creado una estrategia que tiene un objetivo muy claro: debilitar al Partido Popular, cuando es el único capaz de ofrecer a España un proyecto serio y decente que acabe con el sanchismo.

«Vox ha decidido convertirse en la muleta parlamentaria del PSOE murciano, algo que por desgracia está ocurriendo también en toda España»

Un fenómeno que lamentablemente se da también en la Región de Murcia, donde a pesar de ser una de las comunidades autónomas que más crece y empleo genera de España, vemos cómo Vox y PSOE, ¡más Podemos!, votan juntos con una frecuencia alarmante en la Asamblea Regional. Y lo hacen para frenar las propuestas sensatas del Gobierno de Fernando López Miras, intentando erosionar la estabilidad de una tierra que lleva muchos años siendo ejemplo de moderación y entendimiento. Y solo porque comparten la obsesión de acabar con el Partido Popular.

Vox ha decidido convertirse en la muleta parlamentaria del PSOE murciano, algo que por desgracia está ocurriendo también en toda España. Qué pena que un partido que decía venir a regenerar la vida política haya terminado siendo el principal socio de quienes más daño están haciendo a nuestro país con su corrupción y cesiones a los separatistas.

Porque lo único cierto es que donde el PP gobierna, hay estabilidad y progreso, pero donde Vox bloquea, hay incertidumbre y ruido, que es lo que a ambos les interesa. El PSOE necesita a Vox para dividir al centro-derecha y seguir en el poder; y Vox necesita al PSOE para seguir agitando a la gente en la confrontación permanente e intentar arañar votos.

Abascal lleva meses dedicando más tiempo a insultar al Partido Popular que a denunciar los desmanes del Gobierno socialista. ¿Por qué solo ataca a Feijóo, que está en la oposición, y nunca a Sánchez, que es el culpable de los males de España? Es una paradoja que quien dice defender la patria solo dirija sus ataques contra los únicos que ofrecen una alternativa real de gobierno frente al sanchismo. ¿Será porque tal vez no le interesa que salga el PSOE del poder, sino más bien acabar con el PP?

España necesita estabilidad y acuerdos, no bloqueos y crispación. El PP siempre está dispuesto al diálogo, pero eso no se puede confundir con aceptar imposibles, que es el camino de un Vox que, lamentablemente, ha optado por la vía del enfrentamiento por su exclusivo interés electoral, aunque eso suponga seguir dejando gobernar al peor y más corrupto PSOE de la historia.

«La derechita valiente se hace roja» no es un simple titular provocador, es la constatación de la deriva de un Vox que está paralizando a comunidades enteras y generando frustración en millones de ciudadanos que solo piden eficacia, moderación y sentido de Estado. Pero que tengan todos claro que el PP seguirá trabajando por ellos con firmeza y determinación. España no se construye desde la rabia ni desde el cálculo electoral, sino desde la responsabilidad. Y esa, hoy por hoy, es una virtud que solo el Partido Popular puede aportar a nuestra nación.

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