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Opinión | NOTICIAS DEL ANTROPOCENO

La guerra que nadie puede ganar

Cuando en una guerra algún bando pierde la voluntad de luchar es cuando se produce la victoria real de una parte sobre la otra. En las guerras clásicas sucede esto la mayor parte de las veces. No es el caso en la guerra contra las drogas, que ya declaró en su momento Ronald Reagan, con nulos resultados, y ahora vuelve a declarar Donald Trump, con un entusiasmo digno de mejor causa. De hecho, muchos analistas piensan que esa exhibición de poderío militar americano en el Caribe solo es una cortina de humo para desestabilizar la dictadura de Nicolás Maduro. Es el diseño de Marcos Rubio, el senador de Florida, que como Secretario de Estado está dispuesto a acabar con la izquierda latinoamericana.

Abonaría esta tesis el que Trump la haya emprendido últimamente contra Gustavo Petro, un político con un pasado remoto de guerrillero que los colombianos eligieron hace apenas dos años para dirigir el país. Está claro que los izquierdistas caen mal a Donald Trump -empezando por Lula da Silva, presidente de Brasil- y está dispuesto a hacer lo que esté en su mano para mostrar a los electorados de estos países lo que les conviene votar si quieren llevarse bien con el vecino del Norte. La izquierdista que mejor ha sabido lidiar con la furia de Trump hasta ahora es su más cercana vecina del Sur. Claudia Sheinbaum ha dado muestras sobradas de ser mucho más inteligente que su burdo antecesor, López Obrador. Por lo pronto ha enviado 10.000 soldados mejicanos a la frontera del Norte para combatir la emigración ilegal.

Pero lo que ni Donald Trump ni nadie puede ganar es una guerra contra el narcotráfico. Habría que investigar todos los conteiner y parar el sistema de comercio marítimo y terrestre para dar un mínimo paso contra el transporte de drogas. Y nadie va a poner en juego la economía mundial hasta ese punto por combatir el tráfico de cocaína, la diversión de fin de semana de los ejecutivos. Por otra parte, será el instinto de conservación y no las proclamas belicistas lo que ponga fin a la epidemia de sobredosis de fentanilo que asola a las clases bajas de Estados Unidos. Más muertes causa la comida basura.

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