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Opinión | Misa de doce

Mar Menor: ‘Reclutas’ o Danacol

La semana pasada tuve análisis de sangre. Un chequeo rutinario de esos que uno se hace periódicamente llegado a cierta edad y que tiene como objetivo detectar cualquier tipo de anomalía que pueda alentar la visita de La Parca antes de lo previsto.

En principio, todo bien. Nada por lo que preocuparse y con los niveles de colesterol a raya; bueno, en el límite, para qué nos vamos a engañar. Aunque en esto de los valores de referencia la cosa va por barrios, laboratorios o incluso por ideologías políticas. Si, sí, hemos llegado ya a tal punto que hoy en día tener o no colesterol depende de a quien hayamos votado. Y si no que se lo pregunten a nuestro Mar Menor, que vuelve el pobre a estar malito y las autoridades competentes encargadas de velar por su seguridad no se ponen de acuerdo en si hay que mantenerlo ingresado en la UCI, bajarlo a planta o darle el alta.

Y es que a raíz del paso de la dana Alice nuestra laguna salada ha vuelto a sufrir la entrada ingente de agua dulce, proveniente de ramblas y escorrentías, provocando que su nivel de oxígeno disuelto haya caído a niveles mínimos, existiendo el riesgo de que, otra vez, vuelva a colapsar su ecosistema y provocar un nuevo episodio de anoxia debido a la enorme cantidad de sedimentos y nutrientes contaminantes arrastrados por lluvia al mar. Pero como hemos comentado, la gravedad del diagnóstico dependerá, en mayor o menor medida, del doctor que nos visite y ausculte o, en este caso, de la administración que emita el correspondiente informe de daños sobre nuestro querido Mar Menor.

Allá por la capital del reino, en la clínica La Paz, al enfermo lo ven malamente y con muy mala carita. Para el IEO, Instituto Español de Oceanografía, la actual situación del Mar Menor es crítica, especialmente en algunos puntos de la zona sur donde se registran niveles de oxígeno mínimos que pueden llegar a producir otra anoxia y un nuevo episodio de ‘sopa verde’.

Por el contrario, si al enfermo lo trasladamos a la Arrixaca la situación no es tan grave. De hecho, el Imida, Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental, ofrece una valoración mucho más optimista y apunta a que el paciente muestra una clara tendencia a la estabilización y mejoría.

Si los sistemas de medición utilizados por ambas administraciones están homologados y cumplen con los estándares técnicos necesarios para llevar a cabo los controles de agua, no entiendo por qué hay esa disparidad tan abismal en los informes emitidos. Por otro lado, si el IEO advierte de la gravedad del paciente, huelga decir que la omisión de socorro es un delito tipificado en nuestro código penal.

Hemos llegado a un punto que, dependiendo del lugar en que residas y en función de la ideología imperante en la administración de turno, teniendo idénticos niveles de colesterol en sangre, para unos estás para tomar un camino y medicarte de por vida con Atorvastatina y Danacol, y para otros puedes atiborrarte a ‘reclutas’, de esos especiales que pican, en Las Jarras.

En fin, como dice el refrán: «Entre todas la mataron y ella sola se murió».

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