Opinión | Enseñanza
Entre todos estamos deteriorando la educación pública

Aula de un instituto / Jordi Otix
Que los partidos que ahora mismo sostienen al Ejecutivo de San Esteban (PP y VOX) no crean en la educación pública, no los convierte en los únicos culpables del deterioro progresivo y permanente que sufre uno de los pilares fundamentales para la igualdad de oportunidades.
Ni tampoco que llevemos desde hace unos años, consejeros y consejeras desmantelando el sistema público educativo, más aún, los votos les legitiman para deteriorarlo, favoreciendo a la educación privada.
Si queremos escudarnos en la constante privatización o en la nula gestión para convencernos que con estos mimbres, se ofrece la mejor calidad posible en la educación pública, nos estaremos haciendo trampas nosotros mismos.
Si a esto le sigues sumando que la Consejería de Educación se ha convertido en el refugio de decenas de docentes que han abandonado la docencia para pasarse a la gestión, expulsando a funcionarios, la mayoría interinos, la bola de nieve sigue creciendo.
Pero lo peor de todo, es que desde hace mucho tiempo el compromiso con la educación pública se puede contar a cuentagotas, el deterioro de la calidad educativa pública sube proporcionalmente a la dejadez de la comunidad educativa, y es que el profesorado, no sé si por culpa de la fijeza en sus puestos de trabajo, por aburrimiento, por falta de motivación o simplemente porque sus ilusiones y devociones se esfumaron hace tiempo, el resultado es que la calidad deja en muchas ocasiones bastante que desear.
Comprobar como hay empleados públicos que se permiten el lujo de faltar a clase de manera reiterada, acentuado con una nefasta gestión desde la Consejería, que ante esta gravísima situación, lo único que hace es aplicar el ‘silencio administrativo’ todo sea por ahorrar dinero antes que cubrir bajas, o asistir atónitos a horas de ‘guardia’ que se convierten en recreos interminables, en vez de convertirlas en oportunidades de recuperación o profundización, es la prueba del algodón de que algo falla.
Hace unos meses, un compañero de educación interino ya me advirtió que el número de bajas aumentaría significativamente conforme se acercaran las oposiciones. Efectivamente así fue.
En la crisis de 2008, una de las medidas que tomaron muchas administraciones públicas fue la de ‘penalizar’ las bajas, el número de absentismo laboral de bajas de corta duración disminuyeron casi un 85%.
Hace unos años se volvió a recuperar que si un empleado público no va a trabajar dos días porque le duele la cabeza o se siente mal, cobra el 100% de su salario, el problema es que el abuso de esta medida ha llegado a límites que son difíciles de sostener, pero lo peor de todo no es que se produzcan bajas, es que no se cubren, y al final quien paga el deterioro de la calidad del servicio público que se presta, es el alumnado, y por ende, el propio modelo educativo público.
Suscríbete para seguir leyendo
- El transporte de mercancías se revuelve contra la subida a las 44 toneladas: las consecuencias que trae la nueva normativa
- Nicolás Pierotti, de abrir una pizzería en Murcia a tener 20 locales: 'Quiero que una familia pueda salir a cenar, aunque solo pida dos pizzas y una botella de agua
- Intoxicadas al menos 30 personas en un hotel de Lo Pagán tras cenar setas en mal estado
- En directo: Real Murcia-Nástic de Tarragona
- Una cafetería de Murcia invita a un millón y medio de personas a disfrutar de un descuento para dos si su apellido es 'Martínez'
- La Fiscalía archiva la denuncia de la familia de Sara Gómez contra el consejero de Salud
- En directo: CD Teruel-FC Cartagena
- El Real Murcia renace con un triunfo ante el Nástic (3-2)
