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Opinión | NOTICIAS DEL ANTROPOCENO

Del dicho al hecho: los Agentes IA

Imagen de archivo.

Imagen de archivo. / Shutterstock

Por mucho que nos maravillen los textos que elabora ChatGPT siguiendo las instrucciones del usuario, o los vídeos que es capaz de fabricar Midjourney a demanda, son solo un juego de niños comparado con lo que se nos viene encima. Y lo que ya está aquí en sus balbuceos y progresará exponencialmente en los próximos meses son los Agentes Inteligentes, una versión operativa, multifuncional y multicanal de lo que ahora podemos hacer con un prompt y aplicaciones como las mencionadas.

Los Agentes Inteligentes nos pedirán acceso a la aplicaciones que normalmente utilizamos para nuestro trabajo, sea nuestro servidor de correo, una aplicación de contabilidad o una plataforma SAAS como la web de un Banco, podrán comprender la información y actuar bajo las instrucciones generales que les demos, como puntuar las anotaciones del Banco y trasladarlas a nuestro diario contable. Y eso es solo el principio. Podrán comunicarse con proveedores y clientes para reclamar una mercancía o un pago y hacer previsiones de tesorería para cualquier período.

Sopesando estas opciones, debemos concluir que las aplicaciones de la IA actuales (o al menos las más usadas por el público) son meros buscadores con la capacidad de dar respuestas indistinguibles de las de un humano, por centrar el tema en el clásica prueba de Turing. Es cierto que hay cada vez más aplicaciones interesantes, como ayudar a descifrar inscripciones en lenguas exóticas hace tiempo desaparecidas, pero no salimos casi nunca del ámbito del lenguaje escrito y de las imágenes y vídeos. Nada que justifique las estratosféricas capitalizaciones de las empresas relacionadas con la IA, como Nvidia y Openai.

El salto que viene con la introducción de los Agentes en el trabajo será brutal. Ningún rincón del mundo digitalizado se ocultará a estos Agentes Inteligentes, que podrán actuar con la libertad que les permita su controlador humano, incluso con autonomía total para alcanzar objetivos más o menos específicos. Un paso más y los Agentes Inteligentes empezarán a interactuar con otros Agentes inteligentes, cuyos objetivos podrán converger o ser contrarios. Pronto veremos a estos Agentes negociando conforme a las reglas de maximización de ganancias y minimización de pérdidas. Y nosotros a verlas venir fumándonos un puro. Asusta, ¿verdad?

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