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Opinión | Mujeres interesantes

María Martínez

Las Dionisiacas de Dionisia García

Se trata de un grupo literario que nació hace dos años y lo forman nueve mujeres bajo esa identidad colectiva en reconocimiento a la poeta-madrina Dionisia García. La presentación en el Hemiciclo de la Facultad de Letras el pasado 8 de octubre la hizo el venerado padrino Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático de Literatura, pregonero de la última Feria del Libro murciana (con 78 casetas) y premiado recientemente con la Letra Capital. También esta presentación oficial inaugura un homenaje a dos grandes de la literatura en el centenario de su nacimiento: Carmen Martín Gaite y Ana María Matute, dos ‘chicas raras’ representantes de la generación del 50 y de la novela de postguerra que introdujeron nuevas formas narrativas, y cuyas vidas personales no estuvieron exentas de tragedia.

Las Dionisiacas hacen un alegato por la escritura creativa en sus diferentes géneros, destacadamente la poesía, bien combinada con el disfrute de la vida: un brindis de vitalismo cultural en femenino al referente poético de Dionisia. El objetivo propuesto por las Dionisiacas es dinamizar la cultura en nuestra región. Para combatir la inacción estas mujeres se reúnen y exponen ideas y posibilidades de actuación cultural conjunta. Todas son reconocidas en el mundillo murciano: Ana Cárceles, escritora y ensayista que ha investigado en una Poética para la vida la obra de Dionisia García ; Isabelle Molina, directora del Aula de Poesía de la UMU; Purificación Gil, poeta que traspasa el silencio; Lola Gracia, escritora y gestora cultural, rompedora de tabúes; Carmen Martínez Marín, poeta desde su terraza azul; Marisa López Soria, exitosa abanderada de la narrativa infantil y juvenil; Carmen Piqueras, poeta y primera ganadora del premio Dionisia García; Consuelo Ruiz, catedrática de Griego de la UMU, y Teresa Vicente, la poesía como refugio del alma.

Bautizadas por el padrino Díez de Revenga el acto continuó con las lecturas que hicieron las fundadoras del grupo de los relatos de Los niños tontos de Matute y Todos los cuentos de Martín Gaite. Una concurrencia amigable de mayoría femenina en ambiente distendido. Continué con Las hijas del alba, magnífica adaptación lorquiana de la Compañía Carmen y Matilde Rubio, Ballet Español de Murcia. Una noche dionisiaca y flamenca que unió la alegría poética y la tragedia flamenca.

Si lo raro es vivir (como tituló Martín Gaite), también sobrevivir en el ambiente literario. Pero la unión hace la fuerza. Adelante, chicas, ya no tan raras. Las mujeres forman legión y obtienen premios literarios, como los que consiguieron, rompiendo moldes, las imprescindibles escritoras que homenajean. Dionisiacas, alzo mi copa por ellas, Matute, Martín Gaite, Dionisia, y por vosotras, dionisiacas ‘peligrosas’ como vuestro padrino os definió. Daréis que hablar y contar. Atentos.

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