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Opinión | En el rincón

Expresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Murcia y del Consejo Regional de Cámaras

Los servicios avanzados como base para el desarrollo industrial

INE / Infografía de Jesús de Covadonga Martínez

INE / Infografía de Jesús de Covadonga Martínez

Como recogía este diario La Opinión el pasado miércoles, el INE publicaba el 30 de septiembre el crecimiento del PIB en el año 2024. A nivel nacional, este crecía un 3,50%, mientras que la Región de Murcia, con un 4,50%, lideraba el crecimiento en todo el país. Además, el INE revisaba los datos de crecimiento de años anteriores: en 2022, la Región creció un 4,10%, frente a una media nacional del 6,40%, y en 2023, la Región creció un 0,60%, mientras que la media nacional fue del 2,50%. El gráfico que sigue muestra la evolución de la economía regional y su comparación con la media nacional desde el año 2018.

La estructura productiva regional está compuesta por la Agricultura (incluyendo Agricultura, Ganadería, Selvicultura y Pesca), que aporta al total del VAB regional un 4,56%, superando ampliamente la media nacional. El sector de la Construcción aporta un 5,98%, ligeramente por encima del 5,91% a nivel nacional.

El sector Industrial —que incluye la industria extractiva, la industria manufacturera, el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, el suministro de agua, y las actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación— aporta el 22,69% al total del VAB regional, muy por encima de la media nacional del 16,13%. Si consideramos por separado la industria transformadora, esta aporta el 17,06% al VAB regional, frente al 11,93% a nivel nacional.

Al analizar la aportación al total de la Industria por actividades, observamos que las Coquerías y el refino de petróleo representan el 30,61%; la producción de energía eléctrica, gas y vapor, el 5,50%; y la industria Química, el 5,88%. En conjunto, estas tres actividades suponen el 41,99% del total de la industria regional.

La segunda actividad industrial de la Región es la industria alimentaria, que aporta el 26,68%. A esta se suman: productos metálicos (4,92%), manufacturas de caucho y plástico (3,67%), muebles (3,52%), reparación e instalación de maquinaria (2,37%), productos minerales no metálicos (2,12%) y bebidas (2,00%). El resto de las actividades industriales en la Región no alcanza el 2,00% del total de la industria regional, lo que evidencia la necesidad de impulsar aquellas actividades en las que la Región cuenta con un gran potencial.

En cuanto al sector Servicios, este aporta al total del VAB regional el 66,77%, mientras que a nivel nacional alcanza el 75,22%. Si desglosamos los servicios públicos, en la Región estos representan el 18,48%, por encima de la media nacional del 17,39%. Por su parte, los servicios de mercado aportan el 48,29%, mientras que la media nacional se sitúa en el 57,83%, lo que representa una diferencia de 8,45 puntos porcentuales por debajo de la media nacional.

El sector de los servicios de mercado está compuesto por actividades como: comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas, transporte y almacenamiento, hostelería, información y comunicaciones, actividades financieras y de seguros, actividades inmobiliarias, actividades profesionales, científicas y técnicas, actividades administrativas y servicios auxiliares, así como actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, reparación de artículos de uso doméstico y otros servicios. Es precisamente en este conjunto de actividades donde la Región presenta su mayor debilidad, pero también su mayor oportunidad.

Al analizar la aportación por actividades, se constata que en aquellas fundamentales para impulsar el crecimiento, la Región se encuentra muy por debajo de la media nacional. Por ejemplo, en información y comunicaciones, la aportación al VAB regional es del 1,51%, frente al 3,88% de la media nacional; y en actividades profesionales, científicas y técnicas, se alcanza un 6,23% frente al 8,95% nacional. Todas estas cifras evidencian las debilidades a las que se enfrenta la Región en actividades que, además, son esenciales para el desarrollo de la industria y del resto de actividades productivas.

Es indudable la necesidad de un Plan Industrial para la Región. Como ya manifestaron García y Fernández en 2021, la política industrial no debería limitarse al sector industrial en su sentido convencional, sino que también debería abarcar los sectores de servicios que actúan como motores del crecimiento, “por su potencial para el progreso tecnológico y la acumulación de conocimiento”.

Es evidente que se necesita un Plan Industrial, pero que incluya también a los Servicios, que cada vez más forman parte del proceso industrial. A ello parece referirse el Consejero cuando señala: “Tenemos que conseguir que nuestra industria impulse la innovación tecnológica, tanto en productos como en procesos, para mejorar la productividad y competitividad de las empresas”.

Por todo ello, es necesario integrar todas las competencias de industria y servicios —actualmente repartidas en distintas Consejerías— en una Consejería de Industria y Servicios. Esto permitiría dar respuesta a una realidad económica que representa el 70,00% del VAB de la Región, y facilitaría que inversores y emprendedores cuenten con un único referente institucional.

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