Opinión | La Feliz Gobernación

La discreta ascensión de Noelia Arroyo

Noelia Arroyo presentando, el año pasado, los avales para liderar a los populares cartageneros.

Noelia Arroyo presentando, el año pasado, los avales para liderar a los populares cartageneros. / Loyola Pérez de Villegas

Feijóo ha fichado a Noelia Arroyo para su Comité Ejecutivo o ahí la ha colocado López Miras, véase como se quiera. También ha entrado la diputada Miriam Guardiola, pero esto no es tan relevante: cuando hay un hueco en algún lado ponen a Guardiola, siempre presta y móvil.

Lo de Noelia tiene su punto. Recordemos que inició su carrera política sin llevar el carné del PP en el bolso, y miren por dónde va. Empezó muy por arriba y desde entonces no ha dado un paso en falso, siempre afianzándose y siempre, dentro de lo que cabe, con la práctica de la discreción, cualidad que en el avispero de un partido político, contra lo que se pueda creer, es oro molío.

Fue candidata a la alcaldía de Cartagena a pelo, como una apuesta arriesgada, pero firme, del presidente, y se lanzó sin que la organización local del partido exhibiera mucho entusiasmo. Fue alcaldesa a mandato parcial, repitió, y ya lo es al completo, superando conspiraciones para derrocarla con un ejercio templado de la diplomacia. Tomó el carné, claro, y después tomó la dirección local del partido, y esto sin despeinarse, sin mostrar ansiedad, como algo que debía caer por su propio peso, y cayó. La fórmula Cholo, pero con éxito. Y sin dejar cadáveres en el camino; si acaso, algún refunfuño.

¿Adónde va Noelia? Está claro: a por la mayoría absoluta. A su favor tiene lo que ha tenido siempre: la discreción. Poco a poco, y si alguien la desconsidera, mejor para ella. Sí, porque de pronto, sin que muchos lo esperen, da el salto, y ya la tenemos ahí: en la cúpula de los madriles, dentro del sanedrín. Una irresistible ascensión, y sin dar codazos.

Cartagena es dura de pelar, pero ella le tomó el pulso desde el primer momento. Paciencia y buenos alimentos. Con una moderada exposición. El PP tiene a Murcia en el bolsillo, pero le falta redondear en Cartagena para regalarse sin apuros otra década. Y Noelia está en ello. Por su partido y por ella, claro. Por eso la miman, que es mejor que la teman. Y sin hacer ruido sube más que los precios.

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