Opinión | Misa de doce
Cine bajo las estrellas
Ver una buena película al aire libre bajo un cielo estrellado, mientras disfrutamos de un suculento bocata acompañado de una cerveza bien fresquita y sentimos cómo la suave brisa de la noche acaricia nuestra piel, es una de las experiencias sensoriales más completas y estimulantes que un ser humano puede albergar. Vista, oído, olfato, gusto y tacto interactúan entre sí sumergiéndonos en una inmersión sensitiva total. Una experiencia, como diría mi querida Paquita Salas, 360.
Desde hace años los murcianos no teníamos la oportunidad de disfrutar de esta experiencia ya que, desgraciadamente, poco a poco fueron desapareciendo todos los cines de verano que había en nuestro municipio hasta su extinción.
Somos muchos los que hemos perdido la virginidad, virginidad cinéfila no se me escandalicen, en el cine de verano. En mi caso fue en el de Los Alcázares y con un programa doble que si la memoria no me falla, de vez en cuando ya empieza a hacer de las suyas y a jugarme malas pasadas, lo conformaban E.T. el extraterrestre y Los Hermanos Marx en el Oeste. Poca broma para una primera vez.
Recuperar el cine de verano, su espíritu y toda su esencia me parece una cuestión de emergencia cultural. No debemos permitir, no podemos negarles a las futuras generaciones la oportunidad de experimentar la magia de una noche de cine bajo las estrellas. Debemos de brindarles la posibilidad de sumergirse en un cine más humano que te conecta directamente con la naturaleza y en donde, a menudo, el silencio se rompe por el canto de unos grillos que se reivindican como músicos de la banda sonora de la película.
Había que hacer algo porque ¡qué triste me parece que la chavalada de hoy en día no conozca esa sensación! ¡Esa gloriosa sensación! como dirían en Cantando bajo la lluvia. Preservar nuestro patrimonio cultural, material e inmaterial, y legarlo a nuestros hijos es una obligación que tenemos como sociedad; y el cine, el cine de verano más concretamente, es patrimonio cultural.
Por eso durante los meses de julio y agosto, concretamente todos los miércoles, jueves y viernes, con entrada gratuita por cierto, la Filmoteca se trasladará al Auditorio Parque de Fofó. Allí disfrutaremos de maravillosos programas dobles con grandes clásicos de la historia del cine dirigidos por Woody Allen, Billy Wilder, Alfred Hitchcock, John Ford, Fritz Lang o Buster Keaton, entre otros. Apelaremos a la nostalgia y recordaremos algunas de las películas, a día de hoy de culto, que marcaron a la generación de los 80 como son: Los Goonies, La princesa prometida o Los cazafantasmas y que, a buen seguro, seguirán cautivando la mirada y el corazón de las nuevas generaciones. Y, cómo no, los más pequeños también tendrán un protagonismo esencial y nos sumergimos junto a ellos en los universos mágicos de Miyazaki y Disney.
Nos vemos este verano en la Filmoteca, en el Auditorio Parque Fofó de Murcia, para volver a ser niños y perseguir juntos la luna, esa luna de Elliot que se alzará triunfante sobre nuestras cabezas y que simboliza el poder universal de la imaginación, del cine, del cine de verano, el lugar donde los sueños se hacen realidad. Les esperamos.
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