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Alfa y betas
En todas las decisiones profundamente erráticas que ha tomado y sigue tomando Trump desde que llegó a la Casa Blanca la testosterona tiene muchísimo que ver

El presidente estadounidense Donald Trump. / EFE
En la reciente cumbre de la OTAN, el presidente Trump ha exigido que todos los gobiernos miembros de la alianza se comprometan a incrementar su gasto militar hasta llegar a un cinco por ciento del PIB en 10 años.
¿Que por qué el porcentaje del cinco en el gasto en defensa? Pues probablemente por la rima, porque otro motivo no hay. O por decirlo de otra manera, hay el mismo motivo que para subir los aranceles a un cuarenta y cinco, un ochenta o a un ciento cincuenta por ciento: por las gónadas de Trump. Ni más ni menos.
Nos es hablar por hablar. En todas las decisiones profundamente erráticas que ha tomado y sigue tomando Trump desde que llegó a la Casa Blanca la testosterona tiene muchísimo que ver. Se está comportando como el macho alfa que intimida a todos los betas de la manada porque, en realidad, el juego consiste en hacer la gran demostración de virilidad dominante. Nada que ver con la inteligencia, de la que, ya lo hemos visto, anda bastante cortito, sino con el dominio, con la fuerza, con la testosterona, con todo aquello que expresa una masculinidad primitiva y brutal.
Si el incremento hasta un dos por ciento de gasto militar era inaceptable, imaginen un cinco. Estamos hablando de más gasto en armas, de aumentar la riqueza de la ya poderosa industria de la guerra, de contribuir con nuestros impuestos a la muerte y la destrucción. ¿Y esto tan aberrante lo hacemos con el dinero que nos sobra? Pues no, qué va, ni mucho menos, porque no nos sobra nada. Esto se hace detrayendo dinero de otras partidas. Y como ya saben ustedes, la primera partida en estar condenada a la inanición es el gasto social. Por hacer un resumen de brocha gorda, lo que teníamos para pan ahora nos lo vamos a gastar en pólvora.
Causa bochorno que nadie en la cumbre de la OTAN haya protestado, nadie salvo Pedro Sánchez, que está pasando por horas más que bajas, subterráneas, y para quien este enfrentamiento supone un balón de oxígeno, pero que al menos nos ha salvado de la vergüenza de ver cómo se permite que un sujeto tan lamentable como el presidente de EE. UU. dé una orden disparatada y lesiva para la economía de las naciones y todo el mundo obedezca sin pestañear. No ha sido grato contemplar la sumisión vergonzosa de los políticos europeos ante un tipo que tiene dificultades para ordenar sujeto, verbo y predicado en una frase. Lo de Rutte quedará para la historia del servilismo más rastrero. Es como una mala película de estrenos TV donde Trump que es el matón hace sus cosas de matón y Rutte que es el amigo esmirriado le ríe las gracias llamándole aduladoramente ‘Daddy’. Si fuera una película cambiaríamos de canal por lo manido del guion y los pésimos actores. Pero como es la realidad tenemos que tragarnos la absoluta pérdida de dignidad de nuestros representantes, el sometimiento total al líder descerebrado.
EE. UU. ha dado otra patada al avispero de Oriente Medio azuzando a Netanyahu, su perro de presa sionista en la zona, y ha atacado a Irán; acto seguido ha extorsionado a Europa con modos de hampón arrogante para que incremente su gasto en armas, aprovechando que la cosa se ha puesto tensa. Porque, claro, si tu protegido Israel dispara impunemente a todo lo que le rodea con las armas que le proporcionas, cómo no se va a tensionar la zona. Y ahora el club de los paganinis a pasar por caja, que las bombas de racimo no se van a pagar solas. Es tan demencial que nos parece increíble estar pasando por esto una vez más, como si estuviéramos instalados en el día de la marmota bélica.
Por otra parte, la indiferencia hacia el genocidio de Gaza patrocinado por la Casa Blanca, que entre tanto acontecimiento calamitoso ya parece estar olvidada pero donde la gente sigue muriendo gota a gota de hambre y calamidades, es la constatación de que la Unión Europea ha abandonado definitivamente cualquier atisbo de humanidad, que la sacrosanta Declaración de los Derechos Humanos es puro papel mojado en sangre inocente.
Qué vergüenza da hoy el mundo. Entre el matón de la cara naranja y los súbditos de la política y la diplomacia en la vieja Europa, dan más ganas que nunca de bajarse en la próxima.
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