Opinión | lapsus calami

Profesora de Clásicas en la Universidad de Murcia

‘Nosce te ipsum’

En apenas quince días he tenido ocasión de viajar a Madrid en dos ocasiones, lo que me ha dado la oportunidad de poder visitar y disfrutar, como aficionada a la fotografía, de un buen número de exposiciones de la XXVIII edición de PHotoESPAÑA.

Me ha llamado la atención la importante presencia femenina, en cantidad y calidad, entre galeristas, comisarias, artistas y también modelos (especialmente en el caso de la fotógrafa norteamericana Ayana B. Jackson y el de las hermanas Brown, retratadas en grupo por el marido de la de mayor de ellas, Nicholas Nixon, año tras año desde 1975 hasta 1922). Si tuviera que elegir de entre las que he visto destacaría a la mejicana Graciela Iturbide (Cuando habla la luz, Casa de México) y la ya mencionada Ayana B. Jackson (Nosce te ipsum: Membrum Fantasm, Museo de Antropología), por la fuerza que en sus respectivas obras representan las mujeres, singularmente 'Nuestra señora de las iguanas' en el caso de la primera, o 'Invisible Threads' en lo que toca a Jackson, quien, para dar título a su propuesta en la que trata la cuestión colonial, se apropia parcialmente del lema de entrada del Museo, inaugurado hace ahora 150 años, que a su vez recrea la admonitoria invitación a conocerse a uno mismo que a finales del siglo V a. C. figuraba en el templo de Apolo en Delfos según el geógrafo Pausanias.

No menos fuerza se percibe en Dora Maar, que fuera amante de Picasso, con sus dibujos y fotografías (Museo Lázaro Galdiano), Julia Margaret Cameron (Sueño de una noche de verano, Teatro Real) —amiga de los más importantes poetas, escritores y artistas de su tiempo, que comenzó a realizar fotografías de una extraordinaria sensibilidad artística cerca de los 50 años, después de que su hija le regalara una cámara—, o la chilena —Chile es este año el país invitado— Lotty Rosenfeld (By Pass, la frontera del signo, Círculo de Bellas Artes), quien en plena dictadura de Pinochet se atrevió a realizar unas intervenciones en el espacio público que constituyeron un verdadero desafío pacifista, como el de añadir una banda blanca a las señales discontinuas de las carreteras en distintos lugares del mundo, que cambiaban simbólicamente el signo - en +, cuestionando así los mecanismos que dan lugar a la desigualdad social o la exclusión.

Al margen de PHotoESPAÑA, no puedo dejar de mencionar a la murciana Sonia Navarro, que también expone estos días en la Sala Alcalá 31 (Fronteras y Territorios) unas espectaculares obras hechas de tela, esparto o caucho, homenaje a hombres y mujeres rurales, cuyo importante papel en la artesanía (y no sólo) quiere reivindicar a través de sus esculturas, algunas monumentales, y de unas pinturas en que no usa pinceles, sino telas e hilos, que evocan la relación del presente con el pasado de una forma tan sutil como hermosa.

Artistas rebeldes todas ellas que no cesan de provocarnos admiración, que intentaron e intentan conocerse a sí mismas a través de su interpretación del mundo. n

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