Opinión | La Feliz Gobernación

El truco del almendruco

Sánchez ya se la venía dando con queso a sus socios de izquierda, pues el gasto militar se ha incrementado durante su ejercicio del 0,9% al 1,4%

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte / Pool Moncloa/Fernando Calvo

Alguien ha puesto una mano sobre la mesa y con la otra descarga martillazos intermitentemente sobre ella, lo que le hace exhalar un ay a cada vez. Un testigo le pregunta por la razón de que haga tal cosa, y responde: «¡Porque da un gustirrinín cuando fallo...!».

El chiste es viejo y malo, tanto como el truco de Pedro Sánchez, quien se presenta en una sala de prensa vacía de periodistas para anunciar que ha conseguido de la OTAN que la inversión de España en industria militar se rebaje del 5% inicialmente requerido al 2,1%, lo cual demostraría su imprescindibilidad en la presidencia del Gobierno frente a quienes le exigen responsabilidades por los casos de corrupción que afectan al que ha sido su núcleo duro.

No hay nada como hacer creer que viene el lobo para promover el alivio cuando se constata que era una gallina. El 2% en rearme era ya intolerable para sus socios de Gobierno y algunos de los parlamentarios, pero ahora lo darán por bueno ante las perspectiva de que podría haber sido peor. No es por nada, pero ya advertí el pasado domingo que ocuriría lo que con exactitud ha ocurrido.

Sánchez ya se la venía dando con queso a sus socios de izquierda, pues el gasto militar se ha incrementado durante su ejercicio del 0,9% al 1,4%, último porcentaje computado en 2024. Un proceso paulatino, a veces imperceptible para que les permita mirar hacia otro lado, que se continuará produciendo una vez se alcance el 2,1% hasta el 5% requerido. ¿Por qué habría de ser España la niña bonita entre los socios de la OTAN? es la pregunta que interesadamente se esquiva.

No sorprenden tanto las artes de trilero del presidente como las tragaderas de sus socios de izquierda, tangados de manera tan burda. Peor es la noticia para los intermediarios en el comercio de las armas y de la tecnología militar: no es lo mismo cobrar comisiones sobre un 2,1% que sobre un 5%. Pero algo es algo.

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