Opinión | El prisma

@PabloMolinaLD

¿Ha estallado la Tercera Guerra Mundial? | Los ayatolás caerán

Los progresistas occidentales no perdonan a los israelíes que se defiendan, pero eso es una cuestión que en Israel se da por descontada

Imagen del reciente bombardeo de Irán sobre Tel Aviv, Israel.

Imagen del reciente bombardeo de Irán sobre Tel Aviv, Israel. / AP

Los ataques de Israel a Irán para eliminar sus capacidades nucleares armamentísticas fueron interpretados en el inicio de las operaciones como la amenaza cierta de que la III Guerra Mundial estaba a punto de estallar. Con el transcurso de los días y el éxito militar del Ejército hebreo el conflicto parece haberse reducido a una escala local, aunque ello no impida que pueda producirse un estallido que afecte a toda la región y, por extensión, al mundo occidental. La teocracia iraní cuenta con aliados poderosos como Rusia, China o Corea del Norte que podrían intervenir si las operaciones del Estado judío, apoyado por EE UU, fueran más allá de propiciar un cambio de régimen, que es lo que parecen pretender los israelíes. La cuestión es determinar hasta qué punto un país tiene derecho a desestabilizar a un enemigo que amenaza con borrarlo del mapa en cuanto tenga la bomba atómica, un camino que Irán estaba a punto de culminar.

El actual régimen iraní es una teocracia islámica que nació para acabar con Israel y EE UU, no necesariamente por ese orden. Desde Jomeini, los ayatolás que dirigen el país con mano de hierro nunca han ocultado su odio a los judíos y al mundo occidental, representado por esos dos países contra los que concentran su odio más profundo. En Irán, desde hace medio siglo, las oraciones de los viernes terminan con dos exclamaciones: «Muerte a Israel» y «Muerte a América», para que no haya dudas de cuál es la orientación del régimen en el plano internacional.

Teherán lleva décadas financiando operaciones terroristas en todo el mundo. Suya es la responsabilidad directa de los atentados mortales contra civiles judíos en Argentina y regimientos militares estadounidenses en Oriente Medio en los años noventa del siglo pasado. Los ayatolás crearon y financiaron también a Hezbolá, el grupo terrorista chií libanés dedicado a atacar a Israel desde el otro lado de la frontera, hasta que una operación de la inteligencia judía descabezó a la organización y puso en fuga a la mayoría de sus efectivos. Hamás, el grupo terrorista palestino que se infiltró en el sur de Israel para torturar y asesinar a 1.200 civiles, mujeres y niños incluidos, el 7 de octubre de 2023, no habría convertido la Franja de Gaza en un fortín si no fuera por el apoyo de la teocracia iraní, el soporte vital de todas las organizaciones que buscan hacer desaparecer a los judíos «echándolos al mar» (textual).

En la década pasada, Irán comenzó a desarrollar su programa nuclear con objetivos militares, una actividad prohibida expresamente por todos los tratados internacionales sobre no proliferación de este tipo de armamento. Haciendo oídos sordos a todos los llamamientos de la comunidad internacional, el régimen de los ayatolás ha seguido enriqueciendo uranio hasta un punto de no retorno que lo hubiera llevado a hacerse con misiles nucleares de largo alcance en cuestión de unos meses. La pregunta que cabe hacerse, llegados a este punto, es si un pequeño país como Israel puede permitir que una potencia extranjera que ha jurado arrasarlo y exterminar a toda su población se haga con un arsenal con semejante capacidad destructiva. Entre la supervivencia de la nación o incomodar a los seres de luz occidentales que defienden a los terroristas siempre que sus objetivos sean judíos, los israelíes han decidido atacar para erradicar la amenaza que pende sobre sus vidas.

Los progresistas occidentales no perdonan a los israelíes que se defiendan, pero eso es una cuestión que en Israel se da por descontada. Llevan años soportando ese doble rasero y no creo que tengan esperanzas de que alguna vez se le conceda a Israel el derecho a vivir en paz. Entre los terroristas y sus víctimas, entre los ayatolás que ahorcan musulmanes y maltratan a las mujeres, y la población iraní que sale a las calles a exigir libertad, la izquierda está siempre con los primeros. 

Por algo será.

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