Opinión | Dulce jueves
Ataque de pánico
No hay proyecto: solo un líder cercado que ya no habla para convencer a los ciudadanos, sino para desahogar su miedo

Pedro Sánchez interviene en una sesión de control / E.P.
En pleno ataque de pánico compareció el presidente ante la prensa. No explicó nada sobre la corrupción que acecha a su partido, pero su intervención sí fue muy reveladora de su talla como político, del talante de su liderazgo, del vacío ideológico de su proyecto. Como político, la única emoción que es capaz de promover es el odio hacia el adversario. Como gobernante, quedó claro que carece del atributo más indispensable de un demócrata, el deber de responder y dar cuenta de sus actos. Como ideólogo, su único alimento es el miedo para deslegitimar la alternancia.
Apareció para hablar de su partido y nombró al menos diez veces a PP-Vox. Dijo que representa a quienes no quieren al dúo Feijóo-Abascal. «Somos el mejor gobierno frente a la peor alternativa». Y eso fue todo. Contradictorio, obsesivo, hipócrita, cínico, desafiante, fuera de la realidad, era la perfecta estampa de un líder autoritario que se presenta como salvador de la nación ante el apocalipsis reaccionario. Arrogante y descarado, sin miedo al ridículo, se definió como capitán cuyo deber era tomar el timón. Lo que está destapando el caso Koldo ha generado desconfianza en el propio partido, enfado en sus aliados y desconcierto entre los intelectuales y periodistas que hasta ahora lo han apoyado. Sin embargo, caben pocas dudas de que tras el shock, volverá el cierre de filas. Ya lo ha hecho Yolanda Díaz en una decisión desesperada, consciente de que ella y su partido no son nada fuera del gobierno. «Un gobierno de Feijóo destrozaría absolutamente la vida de los ciudadanos», ha dicho. Es decir, una vez asumido que has perdido el apoyo popular, única razón por la que no se convocan elecciones, toda la legitimidad de la coalición progresista se basa en que impide que gobierne la derecha. Ya no hay otra razón. El resto de aliados no irán más allá del gesto compungido y la vergüenza de aparecer en compañía de quien consideran acabado. Seguimos con él, pero sin fotos.
Todo en él gira ya alrededor del miedo. Miedo a perder el poder, miedo a la alternancia, miedo a quedarse solo, miedo a perder su aura de triunfador. Lo que antes era hábil estrategia se ha vuelto manía persecutoria. Ha convertido la amenaza en programa de gobierno, el «que vienen ellos» en único mensaje electoral. Mientras el país sigue esperando explicaciones, él se presenta como víctima de una conjura. Verlo parapetado en la Moncloa, invocando fantasmas, provoca a ratos risa y a ratos lástima. Es un espectáculo triste, a punto de convertirse en una gran farsa.
En la sesión de ayer del Congreso también se vio que no hay proyecto: solo un líder cercado que ya no habla para convencer a los ciudadanos, sino para desahogar su pánico. Porque es el miedo el verdadero significado de sus palabras. El miedo a caer, a rendir cuentas, a que el poder se le escape de las manos, es lo único que da sentido a su discurso. Ya no promete nada, no ilusiona, no persuade: solo señala, acusa. Ha hecho del miedo su única estrategia y de la amenaza su único argumento. Y así, entre el patetismo y la impostura, el presidente resiste. Pero ahora ya sabemos cuál es el verdadero mensaje de su famoso manual de resistencia. Y su único legado será Koldo, el auténtico timonel de esta pobre España.
Suscríbete para seguir leyendo
- La manifestación por la seguridad en Torre Pacheco se convierte en 'cacería': 'A tu país, moro de mierda
- Este es el chiringuito de la Región de Murcia donde cocina 'el Mejor Cocinero de Madrid
- El sexagenario agredido en Torre Pacheco se desmarca de las 'cacerías': 'Yo la violencia no la quiero
- Al menos un policía herido en otra noche de violencia contra los migrantes en Torre Pacheco
- Torre Pacheco, una olla a presión tras una noche de tensión y patrullas callejeras que se salda sin arrestos
- Torre Pacheco se sume en una espiral de violencia
- Torre Pacheco se convierte en el epicentro de la tensión contra los migrantes: 'Los salvajes, fuera
- El Arco Noroeste acerca el final de los atascos del nudo de Espinardo