Opinión | Murcia D. F.
Acoso laboral ¿en cuántas concejalías?
La conducta no solo se ha dado en la Concejalía de Mujer, tal y como ha denunciado el SIME, también podría haberse detectado en otros departamentos

Acoso laboral ¿en cuántas concejalías? / Leonard Beard
Parece increíble que en una plantilla de cerca de 3.000 trabajadores, como la que tiene el Ayuntamiento de Murcia, estén tan soterrados los casos de acoso laboral. Hay una aceptación general de que existe esta mala praxis por parte de otros empleados y de políticos de la Corporación, que llevan años en sus departamentos cambiando de subalternos, jefaturas e incluso de secretarias por su forma de proceder.
Como en la expresión popular gallega ‘meigas haberlas háilas’, el acoso laboral está presente en el Consistorio capitalino y ahora se ha hecho patente por la denuncia presentada ante Personal y el alcalde Ballesta por parte del SIME. El escrito remitido por el sindicato mayoritario de los funcionarios es un torpedo en toda la línea de flotación de la Concejalía de Mujer, cuya responsable, Ascensión Carreño, queda dibujada como una persona casi siniestra que practica, según el sindicato, «un tipo de acoso continuado y sistémico».
La denuncia sindical
El SIME ha recopilado las pruebas con las entrevistas y asambleas mantenidas con la plantilla de esa Concejalía y ha puesto al tanto a la que lleva los recursos humanos para que tome cartas en el asunto. Hacen responsable por acción u omisión a la propia concejala y a su persona de confianza, una secretaria que la acompaña a todos lados y que es su principal asesora despreciando, al parecer, a parte de sus colaboradores.
Varias son las acciones, recoge la denuncia sindical, que prueban el supuesto acoso como son las presiones ejercidas a los técnicos de mayor rango para que instruyan procedimientos en contra de su criterio profesional; el cuestionamiento de la información facilitada por sus empleados; la arbitrariedad en el traslado de puestos de trabajo; no respetar la conciliación pese a ser titular de una Concejalía que tiene esas competencia; y el baile de jefes y jefas de servicio que ha habido en año y medio: cuatro personas han pasado por ese puesto desde que Carreño llegó al Ayuntamiento, estando vacante en este momento la citada jefatura.
Protocolo de acoso
Ante estas graves acusaciones, el Gobierno local dice que no tiene ninguna denuncia personal de trabajador alguno como si no le bastara con la realizada, con hechos y pruebas, por parte del SIME. Es un paupérrimo argumento teniendo en cuenta que el sindicato lleva casi un año, de forma verbal, advirtiendo a Personal de estas conductas, que pueden provocar una parálisis de la Concejalía y del trabajo que realiza ese departamento. De hecho, el viernes pasado la concejala y su máxima colaboradora se encerraron en el despacho y no dieron ningún tipo de directriz.
Se ha pedido que se active el protocolo municipal de acoso, ese que no se activó cuando un grupo de funcionarios sufrieron lo suyo en el primer mandato del PP con otro ‘jefe’ con acciones parecidas a la de Carreño. Esa persona también provocó un baile de personas en su Concejalía e incluso se llegó a poner una denuncia en tribunales por parte de personal de una empresa que trabaja para el Ayuntamiento. La causa, la misma: un supuesto acoso laboral a través del poder que sustenta el tener la máxima responsabilidad y autoridad.
Callejón sin salida
Hay otra Concejalía en la que uno de los jefes tiene pendientes varios pleitos en los tribunales por ese mismo motivo sin que el Gobierno local haya reprendido al personaje en cuestión, como tampoco lo hizo con otro jefe, que tenía incluso una condena por maltrato a su pareja y escritos de sus subalternos denunciando sus prácticas, y siguió en su puesto de trabajo. Es más, el máximo responsable político del Ayuntamiento lo ‘premió’ desautorizando a la concejala del ramo, jefa directa de este funcionario, que no quería que continuara en su equipo.
Lo que está claro es que en estos momentos la Concejalía de Mujer está a los pies de los caballos por esa denuncia del SIME, que para algunos funcionarios llega tarde debido a que las prácticas abusivas han convertido en tierra quemada ese departamento. Sin embargo, en otros servicios municipales también hay tema y mucho sufrimiento por parte de subordinados que se encuentran solos ante conductas reprobables, poco profesionales y muy abusivas.
Además de las consecuencias para las personas que lo sufren directamente, el acoso laboral puede provocar la parálisis y el colapso de los servicios municipales y la desmotivación de los funcionarios, que tampoco es que necesiten mucho para poner cuerpo muerto y dejarse llevar. La situación de la Concejalía de Mujer está en un callejón sin salida por la inacción del Gobierno local, que ha estado casi un año al corriente de la situación sin hacer nada. De momento, el PSOE ha pedido una investigación y la dimisión de la edil. Puestos a investigar tendrán que entrar en varias concejalías con la pala excavadora. Por nadie pase.
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