Opinión | Lapsus calami
Gestas y archivos
Esta semana, que se inició el día 9 de junio (Día de la Región de Murcia) con el Día Internacional de los Archivos y con la celebración de una auténtica gesta realizada la víspera que queda para los anales de la historia del deporte, con la victoria del murciano Carlos Alcaraz en el Roland Garros frente al italiano Jannik Sinner, se celebra la Semana Internacional de los Archivos.
Solo unos días antes tenían lugar en un entorno histórico y cultural tan especial como los jardines del Palacio de Medina Sidonia las XII Jornadas Poesía en Palacio, organizadas por la Fundación Casa Medina Sidonia y el Club de Letras de la Biblioteca Municipal, con el respaldo del Ayuntamiento de Sanlúcar, la Diputación de Cádiz y otras entidades culturales, y coordinadas por la escritora y gestora cultural Regla Prieto. En ellas participé junto a las gaditanas Regla Prieto y Pepa Parra —coordinadora de la revista Campo de Agramante en la Fundación Caballero Bonald, en Jerez—, y el alicantino Pedro Serrano, reciente ganador (por tercera vez) del premio Tiflós de Poesía, y con tal ocasión tuve además el privilegio de visitar el extraordinario archivo que en el palacio se conserva, nada menos que de la mano de la duquesa viuda de Medina Sidonia, doña Liliane Dahlmann, historiadora y presidente vitalicia de la Fundación Casa de Medina Sidonia.
Remontan los orígenes del ducado de Medina Sidonia, el más antiguo que se conserva en el Reino de Castilla, a don Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV señor de Sanlúcar de Barrameda, y conde de Niebla, quien casó en 1367 con doña Juana de Castilla, sobrina de Enrique II. Más conocido como Guzmán el Bueno, al episodio que, junto a su hijo, le tiene por protagonista, se debe la divisa en la parte superior del escudo de Melilla, y, antes, al del linaje de los Pérez Guzmán, donde en una cinta alada detrás del castillo de Tarifa figura la leyenda Praeferre Patriam Liberis Parentem Decet («conviene a un padre anteponer la patria a sus hijos») paráfrasis del verso 332 de la tragedia de Séneca Agamenón, donde el preceptor del emperador Nerón, de origen cordobés, pone en boca del rey Agamenón la frase, cuando ante el inminente sacrificio de su hija Ifigenia se debate entre su condición de padre y sus obligaciones como caudillo de la flota griega que se dispone a vengar el rapto de su cuñada Helena por el troyano Paris.
Tras la muerte en 1955 del XX duque de Medina Sidonia, don Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, el Archivo, formado por 6.318 legajos, entró en posesión de su hija, doña Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, quien a mediados de 1956 inicia el acondicionamiento del tercer piso del Palacio para convertirlo en el depósito, donde quedará definitivamente instalado en 1960, año en que la propia duquesa inició la descripción, organización y catalogación de unos fondos de una riqueza y valor excepcional desde el punto de vista filológico, histórico y también sociológico.
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