Opinión | La Feliz Gobernación

Qué grande, Chipola

Chipola

Chipola / L.O.

Chipola no fue un pionero. Muchas veces se les concede esta distinción a quienes muestran intuiciones, abren rendijas y señalan caminos nuevos, y todo para que otros se reserven el mérito de haber avanzado hasta cerrar el círculo. Chipola, si se quiere, fue un pionero, pero de los que no quedan arrinconados en la prehistoria, sino que siguen siendo plenamente contemporáneos.

En su faceta de publicista perteneció a la escuela de Baldo (aquella agencia de los 70, Ekipo, que Chipola bautizó como una ‘república publicitaria’), y como aquél también fue viñetista de prensa, pero en los primeros 80 se doctoró creando su propia marca, Contrapunto, aunque la marca real era «lo de Chipola». Sus anuncios para prensa y otros soportes gráficos tenían un sello intransferible, y se distinguían por su potencia empática y su didactismo. Chipola vendía enseñando. Nada de imágenes frías y eslóganes a palo seco. Le ponía calor y cariño a las cosas, transmitiendo credibilidad.

Pero la creatividad publicitaria no deja de ser un trabajo de encargo. Donde Chipola brilló con total libertad fue en las viñetas para prensa. Primero, con La Familia Chipola, para La Verdad, en las que colocaba su intención envuelta en una aparente ingenuidad, y después, con un chiste diario durante los primeros años de La Opinión, ya sin contemplaciones. El pasado año solicité permiso a su familia para reproducir durante el mes de agosto una selección de aquellas viñetas, y hubo quienes creyeron que estaban dibujadas el día anterior al de su publicación, tan actualísimas parecían. Es la cualidad de los clásicos: su tiempo son todos los tiempos. Ejemplo al azar: Un ciudadano se pregunta: «¿Qué fue primero? ¿El cargo o la ideología?».

La virtud de Chipola para el chiste gráfico no estaba solo en el contenido de los ‘bocadillos’, sino muy especialmente en la originalidad de sus trazos, unos dibujos que merecían la contemplación detallada una vez consumido el impacto del chiste. Ayer le dedicamos un recuerdo, con mucho cariño y admiración, a partes iguales, en el marco de la exposición de su obra en la sala Ámbito. Qué grande, Chipola.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents