Opinión | MUJERES INTERESANTES

MARÍA MARTÍNEZ

A vueltas con Dionisia

Dionisia no cabe en una columna, dije. Tuve el honor de hablar con ella. Con memoria lúcida y amabilidad contestó a mis preguntas. La poeta es conocida y reconocida, pero quería escuchar la voz de la mujer, si es que se puede disociar. Vocaliza y habla despacio, nítida su voz aún joven, sonora. Fiel a la vida y a la escritura, se define como una persona en camino, ayudando a la gente para que no cometa sus mismos errores, dice.

Se considera una persona corriente («buena, regular y mala»), una niña de la guerra que vio de cerca la muerte sin saber lo que significaba.

Recuerda a la segunda esposa de su padre, su madre ‘verdadera’, que la educó y enseñó a hablar correctamente. También a sus maestros desde que ella asistía a la escuela con su silla, y luego al colegio Jesús María de Murcia cuando dejó su pueblo natal. Fue y es gran lectora. Leído el ensayo de Ana Cárceles, que ensalza, tiene que buscar alguna palabra en la RAE, comenta risueña. Considera que son otros quienes en su escritura deben percibir las influencias en su poesía.

Dionisia conoció a Salvador Montesinos a los 18 años, su esposo amado: hombre inteligente y apuesto, con quien se formó y entrevera cualquier respuesta suya. Enfatiza su viaje a Malta con él, pues allí tiene su origen el segundo apellido: Busutil. De su legión de discípulos, jóvenes y maduros, aprende.

Murcia es la mejor ciudad para vivir: un pueblo grande donde se saluda a la gente con las comodidades urbanas. Orgullosa de tener una calle a su nombre en Joven Futura. Manchega, le gustan los platos de cuchara. No cree en los premios, aunque los recibe agradecida. Mantiene la fe agustiniana y apuesta por la vida eterna.

Le gusta la naturaleza, el olor a tierra del alhelí, el jazmín, las lilas del huerto de su abuelo (Habrá lilas es su primer libro). Añora el viaje a la India con Salvador, y la gente de allí.

Se embelesa con sus cuatro hijos, doce nietos y cuatro biznietos. La ayudan. Todos son sensibles a la poesía. Son el amor que alivia la tristeza que le dejó Salvador. Ahora escribe y observa las palomas. Lo hace con felicidad serena en su nuevo libro, Vida nueva. Tiene en marcha una novela.

Su voz musicalizada en palabras no se detiene. La Universidad de Murcia ha otorgado veintidóa premios de poesía con su nombre, con plazo abierto para el siguiente.

La vida es hermosa, se despide. Sella el comienzo de una amistad. Hermosa su alma primaveral. Nació un 20 de marzo. Admirada poeta y mujer, eres querida.

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