Opinión | Allegro Agitato
'Parsifal'
Wagner convirtió a Parsifal en redentor durante la mañana del Viernes Santo, el mismo día que murió Jesucristo para redimir a la humanidad de sus pecados

Santo Cáliz de la Catedral de Valencia. Foto de Vsatinet, 2018
Para los aficionados a la música, no hay punto medio con Wagner: o se le adora o se le detesta. Algunos consideran que presenciar sus óperas es una experiencia casi religiosa, mientras otros lo identifican con un martirio. Sin embargo, la música no sería igual sin este genio creador. Sus avances en la armónía y en el cromatismo son responsables de la desaparición de la tonalidad, característica de gran parte de la música del siglo XX. Pero fue mucho más que un compositor. Además de director de orquesta y teórico de la música, fue un reconocido escenógrafo, poeta, ensayista, dramaturgo y filósofo.
Richard Wagner nació en 1813 en el barrio judío de Leipzig. Con catorce años escribió su primera obra de teatro, Leubald, a la que decidió poner música, para lo que necesitaba unos conocimientos que no tenía, que recibió de Christian Müller y Christian Weinlig. Beethoven fue su referente en sus inicios, e incluso compuso una sinfonía con 19 años, aunque enseguida se consagró a la composición de óperas.
Su implicación en el alzamiento de Dresde en 1849 le obligó a huir y establecerse en Zurich, donde ideó la obra de arte total (Gesamtkunstwerk), un tipo de ópera que integraba música, danza, poesía, pintura, escultura y arquitectura en perfecta armonía, en respuesta a la tradición del bel canto italiano y la grand opéra francesa.
Años más tarde, edificó su escenario ideal en Bayreuth. A diferencia del modelo italiano, la sala, construida fundamentalmente en madera, se asemeja a un teatro griego, lo que proporciona una visión perfecta a todos los asistentes. El foso orquestal crea una separación entre el público y la escena, que Wagner denominó foso místico, que proporciona un ambiente singular a las representaciones. Bayreuth se pudo edificar gracias al apoyo de Luis II de Baviera, que le admiraba desde su infancia. Pagó sus deudas, facilitó que se pusieran en escena sus obras en Munich y apoyó la creación de nuevas óperas. El teatro se inauguró en 1876 con la primera interpretación completa de las cuatro que conforman El anillo del nibelungo.
Pero la culminación de la obra de Wagner no es El anillo, sino Parsifal, cuya gestación se prolongó durante casi cuarenta años. Entró en contacto con el mito artúrico y la historia del grial en 1845, cuando leyó Parzival, un romance escrito en el siglo XIII por el minnesänger Wolfram von Eschenbach, pero no concibió Parsifal hasta la mañana del Viernes Santo de 1857, sorprendido por la sensación que le produjo la irrupción de la primavera en la residencia de campo que el matrimonio Wesendonck le ofreció durante el exilio en Suiza. En 1865 reanudó el trabajo que interrumpió otra década más mientras completaba el ciclo de El Anillo. Solo a partir de 1877 encontró tiempo para dedicarlo plenamente a Parsifal. Tras escribir el libreto definitivo, comenzó a componer la música, que completó en el Grand Hotel et Des Palmés de Palermo, en 1882. Si lo desean, pueden reservar la suite presidencial, en la que la compuso, que conserva el piano que el compositor utilizó, regalo de su segundo suegro, Franz Liszt.
Como en El anillo, en Lohengrin o en Tristan, Wagner recurrió al mito para contar una historia con un enorme contenido místico. Parsifal trata sobre la redención de la sociedad por un inocente, para lo que Wagner convirtió a Perceval en Parsifal, el tonto/loco/inocente puro. La acción transcurre en la España medieval y gran parte en el castillo de Montsalvat -que identificamos con Montserrat-, donde un círculo de caballeros protege el Santo Grial, que les confiere su fuerza, y la lanza con la que Longinos atravesó el costado de Cristo. Parsifal se hace consciente del sufrimiento de los demás y se convierte en el nuevo guardián del grial en la mañana del Viernes Santo.
El estreno se realizó en Bayreuth en 1882. Wagner dispuso que esta obra solo pudiera representarse allí y así fue hasta 30 años después de su muerte, acaecida en Venecia en 1883. Además, para acentuar el misticismo de la obra, pidió que no hubiera aplausos, lo que preservó celosamente Cósima, su segunda mujer.
Wagner convirtió a Parsifal en redentor durante la mañana del Viernes Santo, el mismo día que murió Jesucristo para redimir a la humanidad de sus pecados. Los ritos que aparecen en la obra no hacen sino aumentar el significado de que el espectador contempla una liturgia más que una representación musico-teatral. Pero la mayor polémica vino provocada por las posibles lecturas de esta obra, a la luz de los escritos de Wagner en los que atacaba a músicos judíos como Meyerbeer o Mendelssohn, ya que estas ideas antisemitas fueron aprovechadas por los nazis. La pureza de la sangre del grial se convirtió en la pureza de la sangre aria, el círculo de caballeros elegidos en una metáfora del partido nacionalsocialista y el protagonista fue comparado con la figura de Hitler, al tiempo que Wagner pasó a ser el compositor del Reich.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los herederos de Wagner intentaron redimir a Parsifal de este pasado. Desde el año 1964 ya se aplaude en Bayreuth al concluir la representación, aunque el primer acto siga acabando en silencio. Se ha separado el rito de lo que es solo una ópera. Menos para los que adoran a Wagner.
Suscríbete para seguir leyendo
- Sanidad ‘carga’ a los médicos de familia con más pruebas diagnósticas
- Las turistas alemanas detenidas por exhibicionismo en Murcia estaban grabando porno
- Malestar' en el equipo de Feijóo porque nadie les avisó de que la votación sobre el Trasvase sería tan ajustada
- Montaditos y quintos a 1 euro desde 1890: así era el bar 'más antiguo' de Murcia
- Luto en Murcia por el cierre del restaurante más 'auténtico': 'Esto es una verdadera pena
- Sale a la luz la discapacidad del hijo de Ortega Cano tras la dura pérdida de Ana María Aldón, : 'Trastorno de la personalidad
- La madre del niño desaparecido en Molina de Segura fue condenada por maltratar al padre
- El Supremo da la puntilla al Trasvase Tajo-Segura y abre la puerta a que los recortes máximos se apliquen este año