PIlar Hernández Porras (Pilar Sola): los escenarios de la vida

No suelo escribir estos retratos en función de unos parámetros concretos; más bien obedecen al devenir de mi propia vida, a lo aleatorio de los caminos que me recorren desde que tengo uso de razón. A Pilar Sola, por ejemplo, un día me interesé en retratarla simplemente porque me había llamado la atención su iconografía en las redes con paellas y aviones en la cabeza, aunque también pienso que fue porque debajo de esa especie de provocación, me pareció intuir a alguien mucho más profundo, a alguien que parecía saber jugar con los tiempos de la realidad y, sobre todo, con sus infinitos y moldeables sentidos. De esto hace ya algunos meses, aunque, por unas u otras razones, su retrato permanecía aparcado en la carpeta de los ‘posibles’.

Lo que sí recuerdo muy bien es que cuando nos sentamos frente a frente para comenzar la sesión de fotos, rápidamente pude comprobar que se trataba de una persona que nada tenía que ver con el personaje que me había creado de ella a través de la información de Google; de ella, como de su espectáculo Zoo Cabaret y de La Madriguera, un pequeño local que regenta junto a otras dos personas, situado en la huerta murciana y que está dirigido a la promoción de un teatro alternativo al oficial.

Y es que, lo que sucede cuando te dejas llevar por tus prejuicios, lo más fácil es que estos se desmonten nada más rozar la realidad, pero, en el caso de Pilar y tratándose de alguien dedicado a la farándula (esa actividad tan cercana a la farsa), el desmontaje fue aún más radical porque difícilmente me he encontrado con alguien tan cabal y racional, con una persona de la que emane de forma tan evidente y natural su desnuda verdad.

Decía antes que no se trata de retratos ad hoc, pero, indudablemente, una vez que los escojo y reflexiono sobre ellos, tampoco puedo dejar de pensarlos en relación con el contexto histórico que estoy (o que estamos) viviendo. Entonces, si hoyDomingo de Resurrección y la semana de la Pasión y Muerte de Cristo llega de nuevo a su fin, ¿qué puede tener que ver esto con Pilar Sola? Ay, pues creo que mucho, porque Pilar, aparte de su trabajo en el Museo de la Ciudad y de regentar ese local de espectáculos públicos, también actúa e interpreta, es decir, también trasciende y eleva sus personajes hacia esos otros espacios inefables, tan afines, por otra parte, al imaginario popular. ¿Acaso la representación de la Pasión de Cristo en las calles de nuestras ciudades no tiene mucho de representación teatral?

Al final, todo son ‘teatros’, aunque lo importante no se encuentra en sus iconos o en sus iconografías, sino en la verdad de quienes participan, como en la altura del sentimiento que transmiten.

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