Opinión | Pintando al fresco
Por cierto, Portmán
"Una belleza, oiga, porque permanecía inalterable y solo se veía algún pescador de caña de vez en cuando"

Bahía de Portmán en La Unión, Cartagena. / Iván Urquízar
Hace eones, fui profesor del instituto de Escombreras durante seis años. Algunos días tenía una hora libre y casi siempre hacía lo mismo, meterme en el coche y dirigirme hacia Portmán por una carretera que parte desde el valle y recorre la costa. Era una ruta que continuamente invitaba a parar y a salir, a sentarte en una roca y contemplar el muy bello paisaje que se vislumbraba desde la orilla del camino. En un momento aparecía El Gorguel, que mirabas desde arriba y veías ese encanto de lugar con un agua completamente transparente que iba virando a verde y luego a azul según se avanzaba hacia el horizonte. Una belleza, oiga, porque permanecía inalterable y solo se veía algún pescador de caña de vez en cuando. Por cierto, que hay quienes siguen luchando por construir allí un puerto para contenedores.
Si avanzabas por la carretera te encontrabas con la cantera Emilia, una enorme mina a cielo abierto. Indudablemente, aquello era un asalto al paisaje, pero también era un lugar que tenía fuerza plástica imponente. Los que no la conocieron, imagínense un hoyo en el suelo de kilómetros de extensión con sus paredes escalonadas y sus carreteras de tierra y roca por las que circulaban camiones cargados de materia extraída de las entrañas de la tierra. Las paredes de la cantera estaban surcadas por vetas de colores intensos, ocres, verdes, incluso algún rojo y azules grisáceos que brillaban al sol. En esa cantera un grupo grande de hombres y mujeres tuvimos una experiencia inolvidable. Justo en el fondo de la mina, en la parte más inferior de aquel tremendo hoyo, asistimos a un concierto de un coro masculino que había venido de Asturias a cantar en aquel lugar. Fue de noche, en verano. Sobre nosotros el cielo lleno de estrellas y una luna en cuarto creciente. Aquellas voces sonaban y resonaban en las paredes de roca. Pocas veces me han producido las Artes algo más emocionante que aquel coro de voces potentes, tenores, bajos, barítonos y contratenores, cantando en aquella especie de gigantesco circo romano. En algunos países estas minas a cielo abierto o canteras se han reconvertido en grandes auditorios donde se dan conciertos y se representan óperas. Por cierto, que la cantera Emilia es ahora el vertedero de basura de la ciudad de Cartagena.
Y, siguiendo esta carretera, llegabas a Portmán, precioso pueblo costero, y por entonces -eran los ochenta del siglo pasado– veías colgando por encima de esa magnífica ensenada una horrible y enorme tubería que procedía de las explotaciones de la sierra minera de La Unión que gestionaba Peñarroya. Y de esa tubería caía sobre el mar una masa de tierra, piedras y barro que iba colmatando la bahía. Según pasaban los meses, la tubería crecía hacia el mar introduciéndose más y más lejos de la orilla, comiéndose, literalmente, la preciosa bahía.
No sé si ustedes, los que lean esto hoy, conocen la actual Portmán. Un amigo, pintor nacido en Bélgica, al que llevé allí en una visita que hizo a Murcia, sencillamente lloró cuando vio aquel panorama. Especialmente lo conmovió el puerto de pescadores, cuando se sentó en un noray y exclamó: «Aquí ya nunca podrá amarrarse ningún barco, no podrán refugiarse de una mala mar, no podrán traer su pesca para venderla en la lonja, qué triste, por Dios», y, ya les digo, le cayó alguna lágrima, los artistas que son muy blandos.
Y han pasado los años, y ahí está la bahía de Portmán, hasta arriba de deshechos minerales, de venenos variados. Ha pasado una administración tras otra, con gobiernos del PP y del PSOE, que han ido hablando de Portmán, sugiriendo soluciones, prometiendo lo que no iban a cumplir nunca. En algún momento se afirmó que se iba a vaciar la bahía de todos esos vertidos, aunque ya entonces hubo quien señaló que remover los venenos traería problemas serios de contaminación en el Mediterráneo y en el lugar al que los llevaran. Pero los vecinos de La Unión creyeron que se iba a hacer. Y yo también me lo creí. Por cierto, que han dicho ahora que los van a sellar con cemento ahí mismo. Qué horror, oiga. Y qué indignación ante el engaño y la condena al pueblo y al municipio de La Unión. Fascinante paisaje fue aquel entre el valle de Escombreras y Portmán, hasta que se jodió el Perú, que dijo aquel.
- Sale a la luz la discapacidad del hijo de Ortega Cano tras la dura pérdida de Ana María Aldón, : 'Trastorno de la personalidad
- Temor en la familia paterna del niño desaparecido en Molina de Segura: 'Tenemos miedo de que la madre se esconda con él y estemos años sin verlo
- Descubren la pensión que cobra Ortega Cano de la Seguridad Social
- Mata de una cuchillada en el corazón a un joven por una deuda de 15 euros en Cartagena
- Llega la nueva PAU: esto es todo lo que está prohibido hacer durante los exámenes
- La madre del niño desaparecido en Molina de Segura fue condenada por maltratar al padre
- Detienen a dos mujeres por masturbarse, desnudas, en plena calle cerca de Nueva Condomina
- Cuenta atrás para la llegada del tranvibús a Murcia