Opinión | Tribuna Libre

Expresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Murcia y del Consejo Regional de Cámaras de Comercio

La provincia de Cartagena y la vertebración territorial de la Región

Es el momento de que la Región de Murcia recupere a Cartagena como provincia, por su historia y su potencialidad industrial y de servicios, lo que la conforma como un motor para la transformación socioeconómica

Corredores ferroviarios con actuaciones en alta velocidad.

Corredores ferroviarios con actuaciones en alta velocidad. / Ministerio de Fomento

La Región de Murcia aporta un 2,70% al total nacional del PIB y un 3,23% poblacional, superando a regiones uniprovinciales como Aragón y Extremadura. Es un hecho que la realidad territorial de la Comunidad no responde a su realidad presente, y menos aún a la nueva realidad que se está conformando. Como consecuencia, es necesario adecuar su estructura territorial para aprovechar todas las ventajas con las que cuenta e impulsar su crecimiento y un mayor equilibrio en su desarrollo.

La recuperación de la histórica provincia de Cartagena; la creación del municipio de La Manga y su entorno; la puesta en marcha de un plan para apoyar a los municipios con menos de 10.000 habitantes; y la realización de los corredores viarios Yecla-Santomera para su conexión con la costa, y el del noroeste con Lorca-Andalucía, son fundamentales para impulsar su transformación interior, que precisa, además, alcanzar los acuerdos necesarios con el Gobierno nacional para la programación de las infraestructuras ferroviarias, viarias y el puerto del Gorguel, fundamental para España y vital para la Región.

Es un hecho constatado que el potencial de desarrollo de un territorio está directamente influenciado por cuatro factores básicos: infraestructuras, conectividad, innovación y recursos humanos, que refuerzan la vertebración territorial y el desarrollo sostenible, por lo que derribar los muros que condicionan su desarrollo es una necesidad y una obligación. Como se puede comprobar en el mapa, la situación de Cartagena en la fachada mediterránea, como la de Murcia en el arco mediterráneo español, es estratégica. También es constatable que la Región, en relación con la media nacional y a pesar de todas sus potencialidades, no avanza, sino que incluso retrocede.

Han pasado casi 200 años desde que en 1833 Javier de Burgos realizara la actual división territorial con 49 provincias, manteniendo los antiguos reinos o comunidades. Así, la Región contaba con dos provincias, Albacete y Murcia, situación que se modifica con el Estado de las autonomías, pasando Albacete a Castilla-La Mancha y quedando Murcia como región uniprovincial. Pero antes, el 25 de septiembre de 1799, se promulgaba el Real Decreto por el que se creaban las provincias marítimas -Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga-, aunque todas ellas se mantenían en la división de Javier de Burgos de 1833, a excepción de Cartagena, que dejaba de ser provincia. En 1927, casi 100 años después, se creaba la provincia de Las Palmas y se conformaban las 50 provincias actuales. 

Ahora es el momento de que la Región de Murcia recupere a Cartagena como provincia, por su historia y realidad presente, lo que conllevaría la recuperación de la creación de la diputación de Cartagena y de Murcia, con sus planes de Obras y Servicios para sus respectivos territorios -quizás el camino para los municipios de menos de 10.000 habitantes-. Cartagena, además de su estratégica situación en la fachada mediterránea, cuenta con uno de los polos energéticos más importantes de España, con el puerto de Escombreras para graneles líquidos y sólidos y el nuevo puerto del Gorguel para los ‘containers’, además de su potencialidad industrial y de servicios, lo que la conforma como un motor para la transformación socioeconómica de la Región.

La Manga y su entorno, un espacio único e irrepetible, precisa su configuración como municipio para que pueda afrontar el futuro que se anticipa, la nueva realidad turística y su poder de atracción para los nómadas digitales, porque es un hecho que no es sostenible su actual situación de depender de dos municipios y de contar con un solo acceso, al seguir sin la conexión norte, una realidad que hay que cambiar, como anticipaba la Fundación Metropoli al proponer un tranvía en La Manga y el Mar Menor, y la viaria, realizando el túnel de conexión con la AP-7 por el norte.

El pasado 23 de febrero, este diario, La Opinión, publicaba el artículo La Región invertebrada, de Ángel Montiel, un muy acertado título para una Comunidad que, como él mismo indica, está desestructurada. El artículo recoge la creación de una asociación para la defensa de los intereses comunes y para impulsar políticas que promuevan el beneficio común, conformada por los municipios de Cartagena, San Javier, San Pedro del Pinatar, Los Alcázares, Torre Pacheco, Fuente Álamo y La Unión; rememora las diputaciones provinciales; y también indica al hablar de las estructuras comarcales su complejidad y, en este caso, la ausencia del municipio de Mazarrón, más integrado en el Guadalentín. Es, en mi opinión, un gran artículo que merece ser releído.

Es necesario y urgente, ante la difícil situación socioeconómica de la Región, que los líderes de los partidos dejen a un lado las diferencias ideológicas y acuerden un plan para poner en valor todas sus potencialidades, reducir drásticamente la burocracia y conseguir del Gobierno nacional la programación de las infraestructuras y la declaración de interés nacional del Gorguel por su capacidad de generación de riqueza y empleo -no se puede entender que los partidos regionales aún no lo hayan pedido-, así como un plan de actuaciones con objetivos, plazos y recursos para situar a la Región en el horizonte del 2035 en torno a la media nacional en renta y PIB por habitante.

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